MADRID. Mariano Rajoy (PP, centroderecha), Pedro Sánchez (socialista PSOE), Pablo Iglesias (Unidos Podemos, izquierda antiausteridad) y Albert Rivera (Ciudadanos, liberales) debatieron sobre economía y la corrupción en un primer debate entre las cuatro líderes de las principales fuerzas políticas.
Los aspirantes llegaron a este cara a cara con la mirada puesta en los votantes indecisos, que según la encuesta publicada el pasado jueves por el oficialista Centro de Investigaciones Sociológicas español (CIS), ascienden a 32% de las personas que han decidido votar en las elecciones del día 26.
El diario español El País publicaba en su sitio web que Mariano Rajoy aprovechó el encuentro para defender su gestión económica de sus últimos cuatro años y exculparse de los casos de corrupción. Rajoy fue el objetivo del resto, con excepciones notables como el intento de Rivera de confrontar con Iglesias y, sobre todo, los reiterados reproches del socialista al líder de Podemos por su voto coincidente con el PP para rechazar su investidura.
Los candidatos centraron su ataque contra el PP en la necesidad de cambio generacional, necesario debido a la cantidad de casos de corrupción que han salpicado al partido en poder, entre ellos uno que afecta directamente a su financiación irregular.
El País destabaca que los cuatro candidatos se comprometieron a hacer lo posible para evitar que haya que repetir elecciones y para que se forme gobierno tras los comicios del 26 de junio, pero intercambiaron reproches por la falta de acuerdo.
Sobre pactos futuros, Rajoy pidió una gran coalición con Ciudadanos y PSOE; Riverapropuso acuerdos, pero ha pedido que el PP se regenere e Iglesias ha insistido en que quiere un Gobierno de coalición con el PSOE, siendo presidente el que tenga más votos.
Por su parte, el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, exhibió en el debate el respaldo que le dan las encuestas – segunda fuerza tras el PP – y se presentará como la verdadera opción del cambio frente a la gestión de los populares, a la vez que tiende la mano a los socialistas como aliado de un posible gobierno.
Podemos llegó a este encuentro con más fuerza política, gracias a a la coalición que ha firmado con el partido Izquierda Unida y cuya suma, será favorecida por la ley electoral, según vaticinan la mayoría de sondeos.
Iglesias ha rebajado sensiblemente el tono contra los socialistas en las últimas semanas, después de que ambos partidos protagonizaran enconados desencuentros durante las fallidas negociaciones que llevaron a la convocatoria de nuevas elecciones.
En este escenario tan polarizado, el candidato liberal, Albert Rivera, hace valer su imagen de favorecer el consenso y la gobernabilidad con un mensaje de cambio sensato dirigido a las clases medias en el que apelan al recuerdo de la etapa de la Transición española hacia la democracia.