BERLÍN. El Gobierno alemán prevé aprobar el año que viene una normativa para que las aerolíneas nacionales realicen pruebas sorpresa a sus pilotos para detectar alcohol, drogas y medicamentos.

 

La decisión, confirmada por el ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, a la edición de hoy del diario alemán «Bild am Sonntag», es consecuencia de la tragedia de los Alpes franceses del pasado marzo, en el que un copiloto de Germanwings estrelló a propósito un avión con 150 personas a bordo.

 

«Creo razonable que se controle a los pilotos el consumo de alcohol, drogas y medicamentos», aseguró Dobrindt.

 

El ministro agregó que este tipo de pruebas se realizan ya en Estados Unidos y Australia, y que sería conveniente que Europa también avanzase en esa dirección.

 

«Expertos en todo el mundo ven en esto el efecto positivo de reforzar la seguridad aérea», argumentó.

 

Esta medida es una de las propuestas que ha emitido un grupo de trabajo creado en el Ministerio de Transportes alemán a raíz de la tragedia de los Alpes.

 

Andreas Lubitz, el copiloto que estrelló el avión que cubría la ruta entre Barcelona y Düsseldorf, padecía problemas psicológicos y debería haber estado de baja el día de la catástrofe, según los investigadores del siniestro.