ASUNCIÓN. El empresario Horacio Cartes fue electo presidente de Paraguay ayer, en un resultado que devuelve al conservador Partido Colorado el poder que ejerció durante seis décadas, según los resultados oficiales preliminares.

 

Cartes, un millonario de 56 años y quien inició su carrera política recién hace cuatro cuando ingresó al partido de centroderecha, obtuvo 45.98% de los votos frente a 36.93% de su rival del oficialista Partido Liberal, Efraín Alegre, informó el tribunal electoral cuando llevaba 54% de los sufragios escrutados.

 

El Partido Colorado había perdido las elecciones hace cinco años, cuando una coalición de centroizquierda liderada por el ex obispo católico Fernando Lugo los desplazó en una alternancia histórica para el país.

 

Lugo, que debía entregar la presidencia este 15 de agosto, fue destituido el año pasado mediante un juicio político sumario que dejó en el Gobierno a su vicepresidente, el dirigente del Partido Liberal Federico Franco, y al país aislado en términos diplomáticos hasta las elecciones.

 

El nuevo presidente debe iniciar gestiones para reinsertar al país en los foros en los que fue suspendido y en especial en el Mercosur, que Paraguay integra junto con Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.

 

Cartes dijo más temprano el domingo que su equipo había iniciado contactos con países de la región y que veía una buena predisposición de parte de sus vecinos para el pronto levantamiento de la sanción.

 

Además de la reinserción en el exterior, en el contexto interno el próximo Gobierno tendrá como desafío extender la bonanza económica concentrada en el sector agropecuario, con políticas que ayuden a aliviar la pobreza, que afecta a casi 40% de la población.

 

La economía paraguaya ha venido creciendo sostenidamente los últimos años, apoyada principalmente en la expansión del sector agropecuario.

 

Cartes, quien es propietario de la mayor tabacalera del país, un banco y una conocida fábrica de bebidas, entre otros negocios, promete incorporar capital privado y mejorar la eficiencia del Estado, históricamente ligado a escándalos de corrupción bajo la administración de su partido.

 

Alegre, quien declaró que tiene un patrimonio de unos 200 mil dólares, había prometido continuar lo iniciado por Franco con una plataforma similar de estímulo a la inversión y endeudamiento externo, desarrollo de industrias y apoyo a los agronegocios.

 

La izquierda, en tanto, llegó a las elecciones fragmentada con candidatos presidenciales propios en tres de sus principales coaliciones, pero tendría una representación importante en un Congreso en el que Lugo sería electo senador, según las encuestas.

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