ROMA.  Los hinchas holandeses del Feyenoord provocaron ayer en su enfrentamiento con la policía en Roma "daños imborrables y permanentes" en la fuente de la Barcaccia de Bernini de la Plaza de España, que había sido restaurada hace pocos meses, según comentó a los medios locales el superintendente de Bienes Culturales de Roma, Claudio Parisi.

 

Por esta situación el alcalde romano, Ignazio Mrino, pidió al club o a estado holandés que pague los daños causados en la ciudad.

 

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que las autoridades deberían imponer duras sanciones a los hinchas violentos.

 

"Necesitamos una dura estrategia para que la justicia se imponga, y también porque el deporte no debe verse perjudicado por la violencia de los barrasbravas", afirmó Timmermans, un holandés que dijo considerar Roma como su "segundo hogar".

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