Para algunas personas, el cambio de horario representa un desajuste en su reloj biológico, por ello se recomienda durante tres días previos dormir y despertar media hora antes o después de acuerdo a este, para que el cuerpo se ajuste de manera progresiva.

 

“Para no sentir tan brusco el golpe, se debe cambiar un poco los hábitos durmiéndose media hora antes o media hora después, de acuerdo como haya sido el cambio de horario, para adelante o para atrás”, mencionó el director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana, Javier Velázquez Moctezuma.

 

Aunque se recomienda que esta práctica se realice tres días antes del cambio de horario, hay maneras de ayudar al organismo a contrarrestar los efectos, sobre todo ahora que ya se realizó el adelanto de una hora en los relojes. Si bien los efectos deben desaparecer en su mayoría en el transcurso de tres días, las personas más sensibles al nuevo horario llegan a sentir somnolencia, irritabilidad, dolores de cabeza, dificultades para concentrarse y en ocasiones no puede conciliar el sueño por las noches, mencionó el especialista.

 

Las molestias se deben a la diferencia de cronotipos, esto es, que cada persona se acomoda de forma particular al ritmo circadiano, que representa el ciclo de sueño y vigilia durante 24 horas.

 

“Nosotros estamos hechos para funcionar en un ritmo circadiano alrededor de 24 horas, en el cual se presenta el ciclo de sueño y vigilia. Cada uno tiene un cronotipo en particular de ajustarse al ritmo circadiano, pero unos entramos cuando se va la luz y otros después”, explicó el médico.

 

Sin embargo, Velázquez dijo que el cambio de horario no debe representar ningún problema para la población en general, ya que este será de una hora y el cuerpo se adapta de forma rápida.

 

“El cambio de horario no nos va a causar a la gran mayoría de las personas ninguna alteración, nos vamos a justar rápidamente, pero aquellos que sean muy sensibles a los cambios de ciclo tendrán que irse adecuando a este nuevo horario, de manera que rápidamente alcancen la rotación”, agregó.

 

En los seres humanos el reloj biológico está ajustado a la luz, la oscuridad y a los cambios de temperatura, que establecen una serie de actividades básicas como la hora de dormir, despertar, la actividad, el reposo, la comida, entre otras.

 

En lo que se refiere al sueño y a la vigilia, la luz es la señal que indica cuándo dormir y despertar, la cual se liga a la liberación de hormonas como la melatonina y el cortisol.

 

“Nuestro organismo está diseñado para cuando se va la luz se secretan hormonas como la melatonina y entonces nos vayamos a dormir, por su parte el cortisol provoca alerta, y se libera en las primeras horas de la madrugada”, explicó el especialista.

 

Algunos de los consejos que se dan para evitar al máximo los trastornos por el Horario de Verano incluyen disminuir o eliminar el uso de cafeína o alcohol, evitar la práctica de ejercicio extenuante antes de irse a dormir, no tomar inductores del sueño para hacer de manera natural la adaptación al cambio de hora y no echar siestas, al menos durante el tiempo que el organismo se acostumbra a los nuevos cambios. (Con información de Notimex)

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