Un brazo biónico revolucionario por sus capacidades: permite tener una potencia como si hicieras una rutina de pesas a diario en el gimnasio y muy barato, fue reconocido como el producto innovación 2013 con el premio internacional de diseño industrial James Dyson.

 

Este invento fue desarrollo por Nick Parrotta, Elizabeth Beattie y Nick McGill, tres estudiantes de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos.

 

Por ello, los estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecánica obtuvieron unos 48,500 dólares (3 mil libras) para seguir desarrollando su obra y otros 16 mil como premio para el Departamento de Ingeniería de la Universidad.

 

El Brazo Titánico (Titan Arm), construido por los estudiantes en su último año de universidad, es un exoesqueleto para la parte superior del cuerpo que aumenta la fuerza del brazo de quien lo porta en 18 kilos.

 

«Lo construimos tanto para su uso en el entorno laboral como en terapias de rehabilitación física«, afirmó Nick Parrotta tras conocer el triunfo.

 

Precisó que el brazo permite levantar 18 kilos más de peso que si no se estuviera usando, lo que permite a enfermos realizar terapias más extensas ya que no existiría cansancio al levantar peso, lo que lo hace una aditamento para uso terapéutico.

 

Otro uso posible sería aliviar a quienes en su profesión este relacionada con levantar peso frecuentemente.

 

Pero el gran atractivo es su costo de 2 mil dólares, muy por debajo del promedio de otros aparatos similares en el mercado que rondan los 100 mil dólares.

Brazo_TITANarm_

El brazo se amarra directamente al brazo derecho del usuario para ayudarlo a levantar objetos pesados que el usuario normalmente no podría levantar.

 

Elizabeth Beattie, explicó que el brazo cuenta con sensores  que permiten enviar un detalle del ejercicio al médico del paciente, esto con la intensión de que se enteré y analice la mejora del paciente.

 

Es un sistema imprimido en 3D que se alimenta de pilas. Las pilas se colocan en la espalda del portador y se conectan al brazo robótico a través de cables e hilos.

 

Los jóvenes estadounidenses ganaron a 650 participantes de todo el mundo y tras conocer la noticia aseguraron que el dinero ganado les permitirá seguir las investigaciones, para encontrar otros tipos de sensores y aumentar las posibilidades de resultados orientados a la medicina.