BUYUMBURA.El golpe de Estado contra el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, fracasó hoy definitivamente tras la detención de los militares insurrectos y la vuelta del mandatario a la capital del país, Buyumbura.

 

 

Los militares que intentaron un levantamiento militar hace dos días para poner fin a la ola de violencia desencadenada por la decisión de Nkurunziza de aspirar a un tercer mandato anunciaron hoy su rendición y fueron detenidos por las autoridades del país.

 

Su renuncia se produjo pocas horas después de que el mandatario anunciara, anoche, que se encontraba de vuelta en el país, tras participar el miércoles en una reunión de los líderes de África Oriental.

 

Aprovechando la asistencia de Nkurunziza a esta cumbre, convocada precisamente para abordar la crisis de Burundi, una facción del Ejército anunció que lo había depuesto para poner fin a su «violencia» y «cinismo».

 

Finalmente, el presidente llegaba anoche a Burundi, y esta tarde a Buyumbura, donde fue recibido entre vítores por centenares de simpatizantes que llevaban globos con los colores y camisetas con el lema de la campaña de su partido, el Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD).

 

Nkurunziza llegó escoltado por una larga caravana de vehículos oficiales, fuertemente custodiada por policías y militares, según un vídeo colgado en el perfil de Facebook del mandatario.

 

Tras su llegada, el líder de Burundi avisó en un comunicado oficial que «no habrá piedad para los enemigos de la democracia», al tiempo que animó a los burundeses a participar en las elecciones de junio.

 

Los enfrentamientos registrados ayer entre militares golpistas y leales al Gobierno en los alrededores de la sede de la radiotelevisión nacional, la RTNB, se saldaron con la muerte de doce soldados que apoyaron el levantamiento y 35 heridos, según el ministro de Seguridad, Gabriel Nizigama.

 

Las fuerzas gubernamentales han detenido a cerca de 40 militares golpistas y nueve se han rendido.

 

Anoche, tras una jornada de graves enfrentamientos en las calles de Buyumbura, el presidente de Burundi anunció que había vuelto al país a través de su cuenta de Twitter, en la que felicitó a todos los ciudadanos «por su paciencia».

 

El presidente, que desencadenó una ola de protestas hace dos semanas al anunciar que volvería a presentarse como candidato en las elecciones de junio, atajó así los rumores sobre su paradero tras la cumbre celebrada en Tanzania.

 

Mientras Nkurunziza participaba el miércoles en la reunión de Dar es Salaam, un general anunciaba en Buyumbura el levantamiento.

 

El presidente burundés abandonó la capital comercial tanzana en dirección a Buyumbura, donde no pudo aterrizar porque militares habían cerrado las fronteras aéreas y terrestres del país.

 

Unos 105 mil burundeses han huido de sus casas en las últimas semanas y se refugian en la región, principalmente en Tanzania, que alberga a 70 mil 187 nacionales de ese país, informó hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.

 

El número de refugiados llegados a Tanzania ha aumentado bruscamente en los últimos días, con cerca de 50 mil burundeses asentados en la pequeña localidad de Kagunga, a orillas del lago Tanganica, que separa ambos países.

 

Ruanda, hacia donde se dirigieron los primeros refugiados, acoge a 26 mil 300 burundeses, y la República Democrática del Congo a 9.183.

 

Desde finales de abril, cuando el partido de Nkurunziza hizo públicas sus aspiraciones a la reelección, al menos 20 civiles han muerto en Burundi durante las protestas contra los planes del presidente de presentarse a un tercer mandato, algo que, según la oposición, prohíbe la Constitución burundesa.

 

La decisión de Nkurunziza de presentar su candidatura ha suscitado temores entre amplios sectores de la población burundesa, que apenas hace una década salió de una guerra civil (1993-2005) que hundió al país y todavía afecta a la sociedad.

 

obo