Un hombre convencional teme a probar todo aquello que pudiera comprometer su masculinidad frente a la imagen pública, sin embargo para Mauricio esto dista de estar en su realidad. A sus 19 años decidió probar suerte con el maquillaje terapéutico para mejorar su aspecto, luego de que cinco años atrás la explosión de un polvorín le dejara quemaduras y posteriormente marcas en rostro y cuerpo.
Mauricio ha decidido adaptar a su vida una serie de recursos que le ayuden a mejorar el aspecto de su rostro, lo que además le permite afianzar su autoestima.
En una sesión que duró poco más de una hora, probó correctores y bases que le permitieron definir mejor las zonas en su rostro y conseguir una textura mucho más cercana a la de una piel sana.
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