BRUSELAS. El Parlamento Europeo (PE) decidió hoy invitar al ex técnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) estadunidense, Edward Snowden, a testificar por videoconferencia en la investigación sobre el supuesto espionaje a líderes e instituciones de la Unión Europea.
Los eurodiputados aprobaron por 36 votos a favor y 2 en contra la invitación a Snowden con el formato de videoconferencia en directo para que los europarlamentarios puedan hacer preguntas, una condición que el Partido Popular Europeo ha exigido para dar su luz verde a la invitación.
No existe todavía fecha concreta para la comparecencia por vídeo de Snowden, que podría declinar la invitación por miedo a que las autoridades puedan rastrear su localización exacta gracias a la señal en directo, informaron fuentes parlamentarias.
De aceptarla, Snowden, quien se encuentra exiliado en Rusia, deberá intervenir en directo, de manera que los diputados puedan hacerle preguntas con base en sus declaraciones.
La Eurocámara decidió seguir adelante con la invitación pese a que antes del receso navideño el congresista estadounidense Mike Rogers la criticó duramente durante su visita a Bruselas.
«Prefiero guardarme para mí lo que pienso exactamente. Me preocupa enormemente, pues no creo que esta persona tenga dignidad para participar en esta Cámara y no creo que esta invitación forme parte del diálogo constructivo», entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, denunció el republicano.
La contribución del informante a las investigaciones de la Eurocámara fue propuesta por el eurodiputado alemán Jan Philipp Albrecht a principios de diciembre y la fecha de su intervención aún queda por definir.
El informe preliminar de la comisión de investigación hecha en el Parlamento Europeo (el ponente es el laborista británico Claude Moraes) pide la suspensión del acuerdo bilateral Safe Harbour, que gestiona la transferencia para las empresas de la UE y EEUU de datos de consumidores.
El borrador pide una investigación más amplia sobre los presuntos abusos que Estados Unidos habría cometido a través de los acuerdos transatlánticos antiterroristas, como el acuerdo de rastreo de datos financieros, conocido como Swift.