Hay de delanteras de peso a delanteras de Euro. Así podrían diferenciarse las artillerías de los equipos finalistas del futbol mexicano. La más productiva del Apertura 2015, la de Pumas, anotadora de 37 goles en 17 fechas, contra la más cara de la liga nacional, nada menos que la de la millonaria nómina de Tigres.

 

Las cifras que arroja la revista Forbes sobre que el delantero de la selección francesa, André-Pierre Gignac, tiene un sueldo anual que supera los cuatro millones de Euros, cantidad que serviría, según el precio del mercado europeo, para comprar las cartas de los dos principales artilleros Pumas: Eduardo Herrera, con un valor de 1.8 millones de euros, e Ismael Sosa, cotizado en 3.3 millones de billetes europeos.

 

La millonaria distancia no termina ahí. Mientras Pumas complementa su artillería (además de Herrera y Sosa) con Matías Britos, Dante López y Alfonso Nieto, los Tigres de Ferretti asustan con hombres del calibre de Javier Aquino, desempacado del futbol europeo; Rafael Sobis, Joffre Guerrón, Damián Álvarez y una promesa del futbol mexicano: Jürgen Damm.

 

Cierto, Pumas fue más certero en el torneo regular. Anotó 37 tantos, pero Tigres tampoco lo hizo mal. Anotó 31 goles, pero lo mejor es la madurez de sus hombres en momentos clave.

 

Tigres se parará en el Volcán con el objetivo de no recibir gol y sacar una renta que le permita finiquitar el compromiso en Ciudad Universitaria, toda vez que la posición en la tabla ya no aplica en la Gran Final. Es decir, en caso de empate se aplicará el criterio de gol de visitante y, de persistir, entonces habrá tiempos extras y penaltis. Pumas tiene como obligación marcar, porque si se va sin festejo al Olímpico, allá, todo puede pasar.

 

Tigres ya se coronó en CU

 

¿Ventaja cerrar la vuelta en el Olímpico Universitario? Poco importará a Tigres visitar en el segundo partido de la Final. La historia lo reconforta. Al menos así lo dice el campeonato que obtuvieron en territorio puma en la campaña 1977-78, precisamente frente a uno de los mejores cuadros auriazules de la historia.

 

Tigres se coronó en Ciudad Universitaria bajo la dirección técnica de Carlos Miloc, con un equipo lleno de leyendas norteñas, entre las que se encontraban Tomas Boy, Oswaldo Batocletti, el arquero Mateo Bravo y artilleros con el cañón de Gerónimo Barbadillo y Walter Mantengazza, quien en aquella final se despachó nada menos que con los tres tantos del triunfo de los del norte sobre los capitalinos.

 

Ellos sacaron ventaja de 2-0, en el Universitario, para luego, en el Olímpico, empatar a uno ante unos Pumas también muy goleadores, contaban con Evanivaldo Castro Cabinho, quien en la campaña regular hizo 37 anotaciones, pero, en la vuelta, no pudo ayudar a los de auriazules a remontar. El 1-1 de aquel encuentro sólo sirvió para dar forma al marcador global de 3-1 a favor de Tigres. Equipo que  puede repetir aquel resultado de 1978, en CU.