DAMATURU. Al menos 21 personas muertas dejó como saldo un atacante suicida que detonó una motocicleta cargada de explosivos en un cine de la ciudad de Damaturu, en Nigeria, donde aficionados veían la transmisión del partido entre Brasil y México del Mundial de Futbol.

 

«Hemos recibido 21 cadáveres y 27 personas heridas por la explosión», dijo una fuente del Hospital Sani Abacha.

 

Los primeros datos oficiales cifraban en siete los fallecidos y cuarenta los heridos, aunque se advirtió de que ese número podía incrementarse, ya que muchos aficionados fueron ingresados en el hospital en estado grave.

 

«La situación es mala. Muchas víctimas se encuentran muy mal. La cifra de muertos puede aumentar», dijo a EFE una enfermera que solicitó el anonimato.

 

Según testigos citados por el diario «Daily Trust», una bomba estalló en un triciclo aparcado ante el cine Jamilu Cross Fire alrededor de las 20:00 hora local (19:00 GMT)

 

«Escuchamos un atronador ruido y la gente empezó a gritar pidiendo ayuda. Yo salté por encima de la valla y busqué refugio. Sólo Dios sabe cuántas personas perdieron la vida«, comentó un superviviente citado por el periódico.

 

Las autoridades habían advertido recientemente a la población de que no frecuentara lugares públicos para ver los partidos del Mundial, pues se trata de objetivos fáciles para un atentado de la secta radical islámica Boko Haram.

 

A comienzos de este mes, al menos 40 personas murieron en un ataque con bomba en un bar del estado septentrional de Adamawa, donde decenas de personas seguían por televisión un partido de fútbol.

 

Ese atentado obligó al gobierno de ese estado a prohibir la proyección de partidos del Mundial de Brasil en concurridos establecimientos públicos.

 

Pese a que el ataque de anoche no ha sido reivindicado por ningún grupo, las sospechas recaen sobre Boko Haram, que tiene en el norte del país su centro de operaciones y su feudo espiritual.

 

Yobe y Adamawa son dos de los tres estados del norte bajo situación de emergencia declarada por el gobierno de Nigeria para combatir a los insurgentes islámicos.

 

Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales «la educación no islámica es pecado», lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.

 

Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder y fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha provocado más de 4.000 muertos

 

Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, vive múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.

 

Con información de Notimex y EFE