El diagnóstico hecho a Édgar “N” revela un futuro no alentador para un menor de sólo 17 años. Luego de pasar tres años en prisión, su readaptación no se logró y prevén que vuelva a integrarse a bandas delictivas.

 

El Ponchis o El Niño Sicario, como también es conocido, es una persona altamente peligrosa, incapaz de sentir piedad por sus víctimas, por ello su readaptación es “desfavorable”, indica un diagnóstico de perfil criminal realizado durante su reclusión en el tutelar de Morelos.

 

El pasado 26 de noviembre, Édgar fue liberado al cumplir con la medida preventiva de tres años que comenzaron a partir del 2 de diciembre del 2010, actualmente cuenta con 17 años, y con el afán de protegerlo, fue llevado a los Estados Unidos, ya que cuenta con esa nacionalidad.

 

“Pronóstico: desfavorable, es probable que una vez en libertad se integre a bandas delictivas importantes y su grado de peligrosidad se eleve considerablemente. Riesgo social: alto”, concluyó el diagnóstico.

 

Édgar fue encontrado culpable de delitos contra la salud en su modalidad de transportación del estupefaciente denominado clorhidrato de cocaína y marihuana; posesión de arma de fuego de uso exclusivo del ejército, armada y fuerza aérea; violación a la ley federal contra la delincuencia organizada con fines de secuestro y homicidio doloso.

 

En su expediente consta que a su corta edad fue capaz de descuartizar a cuatro personas, asesinó a dos y decapitó a cuatro. Los cadáveres los llevaba con sus cómplices a tirar en parajes sobre la autopista México–Acapulco, donde dejaban mensajes de intimidación a los grupos antagonistas.

 

“Consumía un cigarro de marihuana antes de cada levantón, ‘para desestresarse’, dice que la primera vez sintió feo. pero luego ya no”, revela la ficha emitida por el tutelar.

 

Nació el seis de diciembre, en San Diego, California, Estados Unidos, aunque radicaba en la colonia Vicente Guerrero, en Morelos. Cuando fue detenido en el 2010, tenía 14 años, medía 1.62 metros, y sólo había estudiado hasta el segundo grado de primaria, por lo que era considerado analfabeta.

 

“Édgar refiere haberse iniciado en la ingesta de tóxicos a los 11 años; cigarro comercial, 10 al día; marihuana, a los 12 años, 4 cigarrillos al día, a esta edad también se inicia en la ingesta de cerveza, una o dos al día; cocaína, a los 14 años, una inhalación a la semana, también a esta edad inhalaba 20 ‘piedras’ por día; en remisión en la actualidad”, dice la ficha sobre el perfil del niño.

 

Entre conflictos

 

Sus padres Yolanda y David enfrentaron cargos por narcomenudeo, y violencia intrafamiliar en Estados Unidos, y ante la sospecha de que su estancia en dicho país fuera ilegal, fueron enviados a México.

 

Posteriormente la madre comenzó una batalla legal por la custodia de los seis hijos que procreó con su pareja, pero al final la Corte estadounidense decidió entregarlos para su resguardo a la abuela paterna, la cual murió en el 2004.

 

“Núcleo familiar primario: desestructurado, desorganizado y disfuncional, altamente criminógenos”, dice el dictamen.

 

Las hermanas de Édgar eran conocidas como Las Chabelas, una de ellas era novia de Julio de Jesús El Negro Radilla Hernández, quien fue señalado por las autoridades federales como el presunto jefe del Cártel del Pacífico Sur, quien ordenó el asesinato de más de 20 personas en el estado de Morelos, entre los que se encontraba el hijo del poeta Javier Sicilia.

 

El niño operaba con sus hermanas y “El Negro” en diversas actividades ilícitas sobre todo la venta y distribución de drogas, fueran detenidas en febrero del 2011, por su presunta responsabilidad en los delitos de secuestro, delitos contra la salud, avocación delictuosa.

 

 

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