Progreso, Yucatán. Olas y brisa marina danzaron en movimientos lentos para realizar un llamado al mundo a pedir por la paz. En medio de un océano infinito y entre voces mayas que clamaron a gritos el retorno de la humanidad a la búsqueda del bien común, el canto de 10 pianos se hizo presente este fin de semana en medio del mar yucateco.
Durante unos 150 minutos, el “Show de los Diez Pianos” convirtió a Puerto de Altura de Progreso en un espacio para tributar con las notas musicales del piano, el ingenio creativo del hombre, contando con interpretaciones de clásicos musicales como Monti, Panceri, Vivaldi, Beethoven o Moncayo, incluso Juan Gabriel y Manzanero.
El espectáculo abrió con Sergio Esquivel y su grito musical “Paz”, melodía que con la cual la embarcación “Zamná” se despidió de tierras mayas rumbo a Europa para llevar a ese continente un mensaje a favor de la búsqueda incesante de la paz.
Así, las velas de la barca formaron parte del escenario del espectáculo en el que el trovero afirmó “Regresamos a tierras europeas, pero a diferencia de su presencia en la tierra nuestra, con armas de fuego, hoy les devolvemos la visita con un mensaje de paz”. “Un amigo me ha dicho que en esta melodía he escrito 14 veces la palabra ´Paz´ y si me dieran un minuto la escribiría más veces, porque eso es lo que nos hace falta en el mundo: paz”, agregó.
En una combinación poco común de géneros, los clásicos cedieron momentáneamente la estafeta a Carlos Gardel, seguido de melodías emblemáticas extraídas de los grandes espectáculos de Broadway, para luego escuchar a Victorio Monti.
Aplausos generalizados y el canto colectivo acentuaron el llamado de Beethoven a la paz, a la hermandad, gracias a su “Himno a la Alegría”, momento en el que el viento arreció y movió las velas del “Zamná”, en una especie de desesperación al hacerse a la mar y llevar de nuevo el mensaje.
Con toque mexicano
Este show orgullosamente mexicano, con siete años de trayectoria, realizó un amplio recorrido musical por las más bellas melodías universales hasta las admirables melodías aztecas con gran talento.
Así llegó el momento estelar para Agustín Lara y “Granada”, canto que hace alusión a la “Madre Patria”; un popurrí de música de mariachi abonó al espectáculo en el que los pianos parecían rendir tributo a los instrumentos de cuerda y los metales. A este popurrí siguió uno de música yucateca, uno de los momentos más apreciados por permitir el virtuosismo de los pianistas ejecutantes.
“Por debajo de la mesa”, “Somos novios”, “Esta tarde vi llover”, de Armando Manzanero antecedieron a “Un tipo como yo”, de Sergio Esquivel, así como la interpretación de “Peregrina”, escrita por Luis Rosado Vega y musicalizada por Ricardo Palmerín.
La festividad musical de Juan Gabriel se hizo sentir con el popurrí de melodía “Déjame vivir”, mientras que la velada musical llegó a su fin con el compositor mexicano José Pablo Moncayo y su “Huapango”, el cual pareció contribuir a una noche donde la Luna iluminó con su media cara y las olas permanecieron atentas al sino de los pianos.
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