Existen distintas formas de apreciar la música, y por extraño que parezca cada persona tiene un modo muy peculiar de conectar con ella: desde aprender algún instrumento, incorporarla en nuestras actividades cotidianas, hasta coleccionar álbumes.
Sin duda, todo el tiempo estamos reactivándonos con ésta. Si bien puede ser el reflejo de un gusto, también es el soundtrack de nuestro imaginario, la pizca que asientan los pensamientos o el touch con el que el cuerpo se expresa ante el mundo.
Una forma de venerarla es precisamente es la compilación de discos de vinilo. ¿Por qué es un formato de apreciación? A diferencia de los CD’S, los vinilo registran toda la información sonora del acontecimiento musical con todos su armónicos.
La cápsula fonocaptora que posee la capacidad de exceder la frecuencia de un CD, permite reproducir frecuencias que el oído es incapaz de escuchar y sin embargo podemos percibir.
“El rozamiento de la aguja sobre los microsurcos del disco de vinilo posee un componente armónico que permite percibir el sonido con una mayor calidez”.
No olvidemos la elaboración de las portadas, conmemoran el momento de tener un vinilo en las manos que acompañado de la experiencia visual, le permite al espectador interactuar de manera más natural, permite una interacción muy personal con el formato. De ahí que, varios tengan la afición de coleccionarlos.
“Other Music” es una tienda especializada en música underground, jazz experimental, new wave, reggae, psicodelia, neo folk, entre otros géneros que está situada en la calle 4 del oeste de Lafayette y Broadway, en el corazón de Greenwich Village, Nueva York. Adictos a la música experimental han podido deleitar su oído tanto en vinilo como en CD durante más de veinte años. Se ha caracterizado, como su nombre lo dice, por ser una opción basta en un ramo alterno. Durante años esta tienda se ha encargado de ser un mood alternativo para los neoyorquinos.
Algunos la han calificado como el lugar donde podías conseguir música de la que nadie oyó hablar donde podías conversar con personal bien informado. Para otros, ésta ha sido motivo de viajar y para algunos más, uno de los lugares que por default debes visitar en tierras estadounidenses. Sin embargo, las nuevas interacciones sociales, los formatos digitales y la manera en la que valoramos los medios de expresión según el contexto social, así como los intereses propios, ponen en disyuntiva la apreciación de lugares increíbles como lo es Other Music, que anunció la clausura de sus puertas este veinticinco de junio.
Supongo que todo lo que atañe a la idea de una tienda de discos no ha variado mucho en generaciones. Películas, libros y probablemente experiencias propias nos han puesto en un ritual muy personal a la hora de visitar una tienda de música: todos en nuestra adolescencia nos paseamos por los pasillos en busca de buena música o con la intención de comprar con entusiasmo algún álbum. Inclusive podías reunirte con amigos allí y pasar la tarde. Me parece que lo maravilloso de estos lugares es que son espacios donde puedes recrearte con naturalidad.
A diferencia de una cafetería o de algún otro sitio relacionado con la interacción humana o la creación artística, las tiendas de música han sido un punto de conexión con nosotros mismos y propician una comunicación distinta con el entorno: que exista un lugar que te brinde la opción de la fuga, donde puedas pasar horas husmeando, el hecho de entablar una conversación con un completo desconocido sobre algo tan personal como la música que te gusta, generan contextos interesantes no sólo por cómo nuestra mente busca recrease sino también por cómo nos relacionamos con los demás, moviéndonos desde nuestras propias expresiones inconscientes.
Pasar horas en busca de material para recrearte tiene una pasión de por medio, aunque parece ser una de las cosas más insignificantes por hacer, hay una percepción muy personal de esta obviedad que nos permite conectar de manera colectiva. Hay algo sumamente humano en la música, inclusive me atrevería a decir que es más humana de lo que pensamos: nos explicamos a través de ella. Hay un antes y un después de visitar una tienda de discos. Hay vida de por medio en toda la extensión de la palabra, va más allá de seleccionar “descargar” desde cualquier dispositivo.
En 2012, como resultado del compromiso que tenía con la música, la tienda lanzó una disquera Other Music Recordings, misma que seguirá operando con el objetivo de promover la música que está sucediendo. No cabe duda que Other Music simboliza la perseverancia de la otra cara de la música, el trabajo de una comunidad preocupada por promover un espacio dedicado a la apreciación musical en más de una forma, un sitio para estar. Lo único que pide la tienda es que pese a su cierre se siga difundiendo contenido exclusivo y de calidad, y por ende se promueva lo que ocurre con la música desde la apreciación tan singular que todo el contexto de Other Music provocaba.