El papa Francisco pidió a los líderes musulmanes que hagan una condena clara del terrorismo para que sirva de ejemplo y combatan así la islamofobia porque, dijo, «no se puede decir que todos los musulmanes son terroristas».

 

El pontífice aprovechó el viaje que le devolvía a Roma desde Estambul, después de tres días de visita a Turquía, el 99%  de cuya población es musulmana, para mostrar a la prensa su «enfado» por que se haga esa vinculación entre Islam y terrorismo.

 

«Si se dice esto, me enfado muchísimo», dijo el papa, que fue preguntado en el vuelo de regreso desde Turquía sobre la relación entre Islam y terrorismo y acerca de cómo combatir la islamofobia.
«Muchos (musulmanes) me dicen: no somos así, el Corán es un libro de paz, es un libro profético de paz, esto no es islamismo», dijo el pontífice a los medios de comunicación, entre ellos Efe, que viajaban en el vuelo papal a propósito del terrorismo.

 

«Oigo esto y creo sinceramente que no se puede decir que todos los musulmanes sean terroristas, no se puede, como tampoco se puede decir que todos los cristianos sean fundamentalistas, porque nosotros también tenemos, ¿eh?», agregó el papa Bergoglio.

 

«En todas las religiones hay estos pequeños grupos», agregó el pontífice, que manifestó: «sería bueno que todos los líderes musulmanes, sean líderes políticos, religiosos, digan claramente que condenan eso porque esto ayudaría a la mayoría del pueblo musulmán».
«Pero de verdad, de boca de su líder religioso, político, académico, muchos intelectuales, esta ha sido mi respuesta. Todos necesitamos una condena mundial», declaró.

 

Pero el papa aprovechó para criticar además la persecución a cristianos en países de Oriente Medio, la denominada cristianofobia, y dijo no querer utilizar términos suavizados en ese ámbito.

 

«A los cristianos los persiguen en Oriente Medio (…) «como si quisieran que no quedara nada de cristiano», subrayó el papa argentino.

 

Aprovechó la ocasión también para reiterar su deseo de viajar a Irak, aunque reconoció que eso plantearía problemas de seguridad: «por el momento no es posible, no solo porque no quiera, es que podría crear un problema muy serio de seguridad», reconoció.

 

 

Bergoglio contó también detalles de uno de los momentos vividos durante su visita a Estambul, el momento de recogimiento del sábado en la Mezquita Azul, del que dijo claramente que fue «de oración sincera», porque acudió allí «como un peregrino, no como un turista».

 

«Cuando entré en la mezquita no podía decir que era un turista, soy religioso y vi esa maravilla», recordó el pontífice, que visitó durante tres días Ankara y la ciudad del Bósforo.

 

El papa Bergoglio contó que en la Mezquita Azul recibió explicaciones sobre el lugar y que el mufti de Estambul le explicaba lo que veía.

 

«Y mientras lo decía sentí la necesidad de rezar y dije: ¿rezamos un poco? Sí, dijo él», afirmó el papa al resumir cómo pensó que tenía que reaccionar cuando el mufti de Estambul le acompañó hasta el mihrab, el nicho orientado a La Meca donde ambos permanecieron en silencio durante unos pocos minutos.

 

«Recé por Turquía, por la paz, por el mufti, por todos, y por mí, que lo necesito, (…) fue un momento de oración sincera», confió a los periodistas, a los que al final de sus declaraciones en el avión pidió que rezaran por él.

 

El papa contestó a varias preguntas que le formularon los informadores, unos setenta, a los que saludó uno por uno, y respondió indirectamente a la cuestión de si considera que en la Iglesia Católica existen resistencias a los cambios que él ha comenzado a aplicar.

 

Y consideró que esas resistencias, que no especificó ni llamó tales (el término lo incluyó una periodista en su pregunta) no son exclusivas de la Iglesia Católica.

 

Aseguró: «me permito decir que este no es un problema solo nuestro, sino también de ellos», dijo en relación con los ortodoxos, pues se le puso el ejemplo de críticas que se pudieron leer durante su visita a Estambul por su reverencia ante el patriarca ecuménico, Bartolomé I.

 

«Ellos tienen el problema de algunos monasterios», en alusión a las resistencias entre los ortodoxos cuando se trata de aplicar cambios en su iglesia y agregó que se necesita «paciencia, apacibilidad y diálogo».

 

«Hay resistencias a esto por su parte y por la nuestra. Pero tenemos que ser respetuosos con ellos», dijo el pontífice argentino, que apeló a «explicar, sin insultar» para dirimir las diferencias.

GH