CIUDAD DEL VATICANO. El primer libro del papa Francisco, escrito en forma de conversación con el periodista italiano Andrea Tornielli, y en el que reflexiona sobre una de las claves de su pontificado, la misericordia, tuvo hoy un padrino de excepción: el cómico y cineasta Roberto Benigni.
La presentación de El nombre de Dios es Misericordia. Una conversación con Andrea Tornielli, que sale este martes a la venta en 86 países y ha sido traducido a 16 idiomas se convirtió en todo un evento literario y eclesial con la presencia también del secretario de Estado, Pietro Parolin.
Benigni participó en la presentación del volumen en un acto multitudinario que convocó a más de 600 periodistas poniendo la nota de humor con su estilo excéntrico y grandilocuente, pero también emocionando al considerar el libro una «caricia» y «un abrazo» del papa.
Francisco ha querido elegir este formato, una entrevista con preguntas sencillas y directas, para lanzar uno de los mensajes de su pontificado: la necesidad de misericordia y perdón sobre todo desde la Iglesia católica.
«Francisco está lleno de misericordia. La podría vender a kilos», explicó Benigni en la presentación que resultó ampliamente aplaudida y en la que calificó de «revolucionario» y «maravilloso» al pontífice argentino.
Benigni también quiso comunicar la belleza de este texto que dijo que es «como dialogar» con Francisco en privado. Aseguró que Francisco parece que camina cansado porque «está arrastrando a la Iglesia hacia un sitio que nadie podía imaginar: la cristiandad».
Añadió que el Papa encuentra su fuerza «en la medicina de la misericordia, que busca entre los pobres y en el dolor del mundo».
«De niño quería ser papa»
Entre bromas, aseguró que de pequeño decía que quería ser Papa y ante las risas que esto desataba decidió ser cómico.
Benigni recomendó un libro «para llevar siempre en el bolsillo» y emocionarse.
«No esperen revelaciones, no esperen noticias inéditas, ni una entrevista sobre varios temas», zanjó Parolin al asegurar que el libro es algo más que esto: «Abre las puertas y concede el don gratuito de conocer la misericordia».