La insuficiencia de recursos por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para inspeccionar los paquetes que se comercializan a diario a nivel nacional, es uno de los principales factores que propicia el incremento del tráfico de animales en México.

 

“No hay capacidad por parte del Estado para hacer las revisiones suficientes. Si ves la cantidad de inspectores que tiene la Profepa para todo el país es irrisorio, no alcanza en los puntos de los aeropuertos, no hay gente suficiente para hacer una revisión constante, además de que los sueldos son muy bajos”, advirtió Israel Alvarado, director general de Delitos Federales contra el Ambiente de la dependencia.

 

El funcionario comentó a 24 HORAS que si bien hoy en día hay más capacitación por parte de los servidores públicos para detectar esta problemática, los recursos son insuficientes, incluso los sueldos de los inspectores y el personal que se encarga de esta labor son muy bajos.

 

Tan sólo en los últimos años, las inspecciones y operativos por parte de la dependencia han ido a la baja. Mientras que en 2011 se realizaron dos mil 213 inspecciones y 402 operativos para combatir el tráfico ilegal de especies de vida silvestre, en 2012 se efectuaron dos mil 24 inspecciones y 334 operativos. El año pasado los operativos aumentaron a 367, sin embargo las inspecciones se redujeron y sólo hubo mil 742, según datos públicos de Semarnat y Profepa.

 

Aunque no se tienen datos exactos para dimensionar el problema, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) asegura que el tráfico ilegal de vida silvestre en el país ha aumentado considerablemente, pese a los esfuerzos gubernamentales.

 

De acuerdo con el informe “Tráfico ilegal de vida silvestre” de 2013, la dependencia calcula que este negocio ilícito ocupa el cuarto lugar de relevancia detrás del tráfico de armas, la trata de personas y la falsificación de productos, debido a lo lucrativo que resulta vender especies animales en el mercado interno o exterior.

 

En lo que va del año, la Profepa ha asegurado seis mil 888 ejemplares de distintas especies animales traficadas de forma irregular en el país, más de la mitad de los 11 mil animales asegurados durante 2013, y la cifra podría aumentar en los próximos meses.

 

Los loros de cabeza amarilla, así como las guacamayas son dos de las especies más traficadas en México, debido a que pueden venderse entre mil y seis mil pesos en el mercado local y alcanzar un precio de hasta 500 mil pesos en el extranjero, de acuerdo con estimaciones de la dependencia.

 

Es tal el lucro en esta actividad que, según la Semarnat, en los últimos años la participación del crimen organizado en la cadena del tráfico de especies ha aumentado de manera significativa, representando ganancias que subsidian otras actividades ilícitas y convirtiéndose en un problema cada vez más complejo.

 

“Las implicaciones que tiene dicho tráfico sobre el marco social y económico son graves: pone en riesgo la seguridad nacional debido a su cercana relación con otras actividades ilícitas, frena el crecimiento de comunidades locales, debilita gobiernos y representa serios riesgos para la salud mundial. No obstante, el tráfico ilegal de vida silvestre ha sido visto primordialmente como una problemática de índole ambiental, por lo que los métodos para combatirlo han tenido resultados insuficientes”, advierte la Secretaría.

 

Marco legal que no se aplica

 

México cuenta con distintos mecanismos para la protección de la vida silvestre, como son las leyes generales del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, y la de Vida Silvestre, así como la Norma Oficial Mexicana NOM 059 de la Semarnat, que comprende un catálogo de dos mil 606 especies de animales y plantas sujetas a algún tipo de protección por enfrentar amenaza o riesgo de extinción.

 

Asimismo, el país es firmante de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), para la protección de más de 35 mil especies en el mundo.

 

Pese a estas regulaciones, el gobierno mexicano no ha podido disminuir el tráfico de animales dentro del territorio, un delito que es sancionado con hasta nueve años de prisión de acuerdo con el Código Penal Federal.

 

“El marco legal en México es bastante bueno, las sanciones en el código penal son muy significativas, pero el punto crítico es que realmente no se aplican. Desgraciadamente falta mucha conciencia, tanto en la población en general como entre los aplicadores de la ley, ya que culturalmente hablando no se le da tanta importancia a un crimen ambiental como a uno de otra índole” comentó a este diario Adrián Reuter, director en México del programa Traffic del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

 

6 mil 888 ejemplares animales ha asegurado la Profepa en lo que va del año

9 años de prisión podría alcanzar una persona que incurra en tráfico de especies

 

Asimismo, el activista apuntó que los traficantes, como en cualquier caso ilícito, buscarán todos los medios posibles para continuar con esta actividad, como ha sido el hecho de utilizar las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs) para crianza y reproducción de especies con fines de lucro o utilizar servicios de paquetería para realizar los envíos ilegales.

 

Hace unos días, la Profepa aseguró ocho reptiles que fueron enviados por paquetería aérea al Aeropuerto Internacional Ponciano Arriaga de San Luis Potosí, mediante la empresa Estafeta, ello pese a que dicha compañía no ofrece el servicio de transporte y entrega de ningún tipo de animales, al igual que otras firmas consultadas por este diario como DHL, Fedex y UPS.

 

Reuter señaló que uno de los grandes retos que hay es el incremento en la vigilancia de la norma, el cual puede abordar mediante una mejor coordinación y un trabajo en conjunto con otras autoridades, instituciones e, incluso, la sociedad.

 

Con un solo click

 

Además de los limitados recursos con los que la Profepa cuenta para monitorear, perseguir y sancionar el tráfico de especies en el país, la autoridad ambiental debe enfrentar un nuevo frente representado por las nuevas tecnologías.

 

“La capacidad por parte de la autoridad para contener el tráfico de especies es extremadamente limitada y el problema es cada vez mayor debido a que existen más aristas, como el comercio vía Internet”, señaló Adrián Reuter, de WWF México.

 

Jaguares, tigres blancos, leones africanos, guacamayas y cacatúas, son algunos ejemplares que los usuarios pueden encontrar a la venta en diversos sitios web, mismas que están catalogadas dentro de la lista de especies protegidas y amenazadas de la NOM 059 de la Semarnat.

 

En días pasados, la Profepa y el sitio de ventas en línea Mercado Libre firmaron un convenio para controlar la venta de animales y plantas silvestres a través de la web, con esto la dependencia federal busca crear mecanismos que permitan sumar esfuerzos y realizar intercambios de información para detectar las publicaciones que incumplan con el régimen legal vigente en la materia.

 

No obstante, las redes sociales como Facebook propician que el comercio se haga directamente entre quienes ofertan las especies y sus consumidores.

 

Entre enero de 2010 a marzo de 2014, la Profepa detectó alrededor de 500 casos de posible tráfico y venta ilegal de animales vía Internet, logrando el decomiso de 424 ejemplares. No obstante, este tipo de sitios siguen operando ante la vista de todo el público.