El presidente Donald Trump prevé firmar un proyecto de ley, aprobado por el Congreso de Estados Unidos, que endurece las sanciones contra Rusia, anticipó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.

 

En un comunicado, indicó que Trump ya ha revisado la «versión final» de ese proyecto, lo aprueba y «tiene intención de firmarlo».

 

El proyecto endurece las sanciones contra Rusia debido a su supuesta interferencia en las elecciones de noviembre en Norteamérica, sus acciones en Ucrania y en Siria, y sus violaciones de derechos humanos, además de que  limitaría la capacidad de Trump de levantarlas sin el visto bueno del Congreso.

 

El abrumador apoyo que ha recibido el texto en ambas cámaras del Congreso significa que el Legislativo podría invalidar un veto del mandatario si éste decidiera imponerlo, algo que no parece que vaya a hacer, y la ley entraría en vigor igualmente.

 

La intención de Trump de firmar el proyecto se conoce sólo horas después de la orden de Rusia al Gobierno de Estados Unidos para recortar su personal diplomático en el país europeo, dada precisamente en respuesta a esas últimas sanciones aprobadas por el Congreso estadounidense.

 

El Ministerio de Exteriores ruso ordenó hoy al Gobierno de Norteamérica que, a partir del 1 de septiembre, reduzca el número de diplomáticos y colaboradores que trabajan en su embajada en Moscú y en los consulados de San Petersburgo y otras ciudades, hasta el mismo número que el personal diplomático ruso en Estados Unidos.

 

Eso implica recortar la plantilla diplomática, técnica y de apoyo de las misiones de Estados Unidos en Rusia hasta dejarla en 455 personas, según informó el Gobierno ruso.

 

Además, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que desde el próximo 1 agosto la Embajada de  no podrá utilizar unos almacenes en Moscú ni tampoco la mansión de que dispone en Serebrianyi Bor, una elitista zona de descanso en la capital rusa.

 

Esa última medida parece responder a las sanciones impuestas en diciembre por el entonces presidente estadounidense Barack Obama, por las que se privó al gobierno ruso del uso de dos mansiones en Maryland y Nueva York que supuestamente se habían utilizado para espionaje.

 

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió esta semana de que la paciencia rusa se estaba acabando ante lo que llamó «histeria antirrusa» y la adopción de medidas contra su país en Estados Unidos «con fines de política nacional, en la lucha entre el presidente Trump y sus oponentes políticos».

 

fgr