HARARE. Las autoridades de Zimbabwe al parecer congelaron su intención de enjuiciar al dentista de Minnesota, Walter Palmer, ante los temores de que si solicitan la extradición del estadunidense por haber matado al león Cecil pudiera perjudicar el negocio de cacería del país.

 

Ha transcurrido un mes desde que la ministra del Ambiente, Agua y Clima, Oppah Muchinguri, anunció que la policía procesaría la documentación en la que Zimbabwe sustentaría el pedido de extradición de Palmer por participar en una cacería presuntamente ilegal.

 

El lunes no hubo avances nuevos en el asunto, dijo la portavoz de la policía Charity Charamba a The Associated Press.

 

«No tengo nada sobre el caso», afirmó.

 

La Autoridad Judicial Nacional, responsable de fundamentar las solicitudes de extradición, dijo que Palmer no figuraba en sus archivos porque la policía no ha procesado el expediente. Palmer es dentista en un suburbio de Minneapolis.

 

En entrevista con la AP el domingo en Minneapolis, Palmer dijo creer que actuó legalmente y quedó estupefacto al enterarse de que su grupo de cacería había matado en julio a un animal preciado.

 

Cecil era un atractivo en el Parque Nacional Hwange de Zimbabwe y tenía puesto un collar GPS de un programa de investigación de la Universidad de Oxford.

 

Enjuiciar a Palmer sin un caso concreto podría intimidar a posibles clientes de Estados Unidos que pagan grandes cantidades, dijo un funcionario del gobierno zimbabuense y operadores de safaris locales.

 

Theo Bronkhorst, profesional zimbabuense que ayudó a Palmer, fue acusado de «no impedir una cacería ilegal».

 

Honest Ndlovu, cuya propiedad está cercana al parque Hwange, enfrenta un cargo por permitir la cacería del león en su finca sin la autoridad adecuada.

 

Los cazadores supuestamente atrajeron a Cecil con el cadáver de un animal para hacerlo que saliera del parque.

 

La cacería ayuda al sustento de unas 800,000 familias rurales zimbabuenses, de acuerdo con Emmanuel Fundira, presidente de la Asociación de Operadores de Safaris de Zimbabwe.

 

La agencia nacional de manejo de recursos naturales, conocida como Campfire, dice en su portal web que «los cazadores extranjeros pagan grandes sumas para cazar animales, mucho más de lo que pagan turistas por verlos. Un solo cazador pueden gastar más de 40,000 dólares en un viaje de caza».

 

«Al menos la mitad de esos ingresos van a las comunidades locales para el desarrollo rural y la conservación ambiental», agrega.