Ante la solicitud de los partidos de izquierda para que el Instituto Nacional Electoral (INE) destituya a Alfredo Cristalinas, encargado de despacho de la Unidad Técnica de Fiscalización, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, aseguró que el Instituto no cederá a presiones de las fuerzas políticas para remover a funcionarios.
En la sesión del Consejo General del pasado viernes, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC) pidieron la remoción del encargado de auditar a los partidos, al argumentar que con la reforma política se le confieren nuevas atribuciones a la Unidad Técnica de Fiscalización, por lo que es necesario renovarla totalmente.
No es la primera vez que fuerzas políticas piden que Cristalinas abandone su cargo: luego de las elecciones de 2012, los representantes de la izquierda y del Partido Acción Nacional (PAN) unieron sus voces para solicitar su destitución.
En la última sesión de Consejo del INE, Ricardo Mejía, representante de Movimiento Ciudadano, pidió “que sea una autentica nueva Unidad de Fiscalización, porque si aparece el mismo titular, (Alfredo) Cristalinas, que estuvo en todo el Proceso del 2012, pues va a ser la misma gata nada más que revolcada”.
Por su parte, Héctor Hugo Roblero, representante del Partido del Trabajo, manifestó: “hay la oportunidad, si se quieren cambiar las cosas de raíz, que sean personas honestas con un amplio criterio quien dirija la Unidad de Fiscalización”.
Ante la polémica desatada, Lorenzo Córdova apuntó: “no ha habido la propuesta de una sustitución. El contador Cristalinas es quien ha venido desarrollando ese trabajo y hasta que la presidencia del consejo, por el Consejo General, determine que es pertinente nombrar a un titular distinto, pues seguirá como encargado de despacho”.
Es facultad exclusiva del consejo general y la presidencia, enfatizó, las decisiones sobre la destitución de directivos del instituto tras la transformación de IFE a INE, por lo cual, rechazó que los partidos tengan “injerencia en las decisiones que la presidencia tome en el ejercicio de estas atribuciones, y las decisiones se tomarán en sus méritos, no porque algún partido lo pida, ni porque todos los partidos lo pidan”.
A su juicio, los cambios que se den en la plantilla del INE, derivados de sus nuevas atribuciones, “obedecerán a un interés estrictamente institucional, ni a presiones, ni sugerencias, ni a peticiones de actores políticos, que si bien siempre deben ser escuchados, no participan, no tienen atribuciones para el procesamiento y la designación de quienes integren la Junta General Ejecutiva”.