El fiscal del estado mexicano de Guerrero, Xavier Olea, dijo hoy que los 32 cuerpos hallados en el municipio de Zitlala fueron enterrados hace tres o cuatro meses en fosas clandestinas y dos de ellos corresponden a mujeres.

 

En declaraciones a Radio Fórmula, Olea señaló que existen indicios de que se trata de un campamento de la organización criminal Los Rojos, que mantiene una férrea lucha con el grupo de Los Ardillos por el control del trasiego de la amapola en ese estado del sur de México.

 

«Tomamos unas fotografías en un ángulo que es el mismo de un vídeo que los sujetos suben a YouTube, donde están muchos delincuentes; en principio se dicen Los Jefes, pero son Los Rojos», afirmó.

 

Los Rojos

 

La Fiscalía estatal ya dio por concluidas las labores de búsqueda en el lugar, un terreno de dos hectáreas ubicado en el Cerro Tenanchitla, «pero solicitamos al Ejército que subiera más e hiciera un radio más amplio», ante la posibilidad de que haya más fosas, indicó Olea.

 

Los 32 cadáveres fueron exhumados de 17 fosas junto con nueve cabezas cercenadas, apuntó el fiscal, quien añadió que ahora se revisarán los reportes de desapariciones de los últimos meses para tratar de determinar si algunos corresponden con los cuerpos.

 

Señaló que tanto las autoridades estatales como las federales están trabajando en la búsqueda del líder de Los Rojos, Zenén Nava Sánchez.

 

El Tequilero

 

Sobre el secuestro de siete campesinos en Ajuchitlán, dijo que están cerca de dar con el presunto responsable, Raybel Jacob de Almonte, conocido como El Tequilero, quien se encuentra herido de una rodilla.

 

«No puede caminar tramos muy largos», por lo que su gente lo carga en la huida, dijo Olea, quien relató que la mañana de este viernes los agentes hallaron un campamento «con comida más o menos fresca».

 

«Eso quiere decir que estamos cerca de él», apuntó tras señalar que la persecución sigue «arriba en la Sierra» con el objetivo de presionar a los secuestradores para que liberen a sus víctimas, por las que piden a sus familiares 500.000 pesos (unos 24.200 dólares).

 

Recordó que en enero pasado se usó esa estrategia con 25 personas que habían sido secuestradas por el mismo grupo criminal, conocido como Los Tequileros, entre ellas varios maestros de una escuela de Ajuchitlán.

 

Sobre el líder de este grupo, señaló que es un «tipo sanguinario» que era el brazo derecho de otro delincuente, Johnny Hurtado Olascoaga, conocido como El Pez, que opera en Arcelia y Teloloapan, pero tuvieron diferencias y formó otro grupo para secuestrar gente.

 

Respecto a sus víctimas, dijo que son campesinos y que cree que «sí están con vida», aunque no puede dar la certeza de ello.

 

No está claro si los siete campesinos secuestrados en Ajuchitlán a los que se refirió Olea forman parte del grupo de entre 12 y 14 personas de cuyo secuestro en ese municipio informó la Fiscalía de Guerrero el pasado 18 de noviembre, pues algunas de ellas ya han sido liberadas.

 

dc