El Paraíso, Guerrero.- Los pobladores del poblado de la sierra El Paraíso están incomunicados. Apenas ayer aterrizó un helicóptero de la Procuraduría General de la República (PGR) par distribuirles víveres donados por ciudadanos del Distrito Federal.
La institución debió sumarse a las tareas de apoyo y rescate a su equipo aéreo y terrestre, ante las condiciones de desastre que existen en Guerrero.
Ayer aterrizó en la cima de una montaña de ese poblado uno de los helicópteros de la PGR en la comunidad de El Praíso. Para llegar a esta zona s necesitarían caminar cinco horas desde el municipio de Atoyac de Álvarez, porque la carretera federal que los comunicaba se convirtió en un río. Además todos los servicios están suspendidos.
Los pobladores están asustados, porque el mal tiempo permanece, la gran mayoría de las casas ya fueron invadidas por el agua o el lodo. Las calles desaparecieron y se convirtieron en fango. Y no saben cuándo llegará la ayuda o si deben de reubicarse para evitar que les ocurra lo mismo que la comunidad de La Pintada, donde quedaron sepultadas más de sesenta de sus habitantes.
Gladis Palmares y su madre Ismaela, quien tiene 97 años y está muy enferma, por el momento viven en la iglesia del pueblo, porque la tormenta les arrebató su hogar y perdieron todo. No saben cuanto tiempo puedan soportar vivir de ésta manera.
“Cuando empezó a llover vimos que el agua bajaba por las calles y arrastraba coches, pensamos que nos íbamos a morir por la creciente, el agua alcanzó como dos metros y medio y se llevó nuestra casa, no podemos hacer nada por que ni trabajo hay y lo único que nos queda es aguantar, no tenemos nada. A nosotros es la primera ayuda que nos toca, nunca alcanzamos despensa y necesitamos de todo; agua, ropa, cobijas, zapatos, comida y un hogar, agradecemos a la PGR por darnos esta ayuda, que Dios los bendiga”, cuenta la señora Gladis.
Ismaela, mujer mayor, fue trasladada por helicóptero al servicio medico militar, pues su estado de salud es delicado y en estos días se ha ido degradando.
Habitantes afirman que más de la mitad del pueblo ya abandono sus hogares, los que tienen familiares en otras comunidades piensan mudarse con las pocas cosas que les quedaron. Piensan que pueden derrumbarse alguno de los cerros que los rodean.
Por el momento, ningún experto ha acudido a El Paraíso para hacer un estudio de las tierras y decidir si estas personas corren un verdadero peligro, la ayuda que les proveen los servicios de emergencia es insuficiente y los que aún viven ahí no se dan abasto para levantar todo el pueblo.
Algunas personas acusan al comisario de beneficiar a ciertas familias con las despensas y que no las reparte equitativamente, que además cuando se manifiestan, los amenaza sacando su arma de fuego y les dice que así son las cosas y que el es el comisario, los quejosos piden la intervención y ayuda del gobierno federal.