ACAPULCO.- Mientras la zona hotelera de Acapulco se recupera tras el paso del huracán Manuel, otros lugares de la zona Diamante no tienen la misma suerte. Sus habitantes se enfrentan ahora a posibles brotes de infecciones que podrían ser ocasionadas por la basura, animales muertos y acumulación de aguas negras.
En la Colonia Colosio, las inundaciones ocasionadas por severas lluvias dejaron prácticamente deshabitadas un sinnúmero de viviendas. El paisaje general se redujo a escombros. Los dueños de pequeños comercios perdieron también toda su inversión, luego de que el trazo de la Laguna Tres Palos se desbordó y el agua llegó a los techos de los inmuebles, barriendo con todo.
En un recorrido realizado por 24 HORAS, los vecinos de la Colosio, en su mayoría empleados que trabajan en hoteles y otros comercios de la zona de lujo de Acapulco, se constató que escasean los apoyos del gobierno. Exigen se garanticen las labores de limpieza, abasto de agua, víveres y apoyo económico para reactivar los negocios.
La zona Diamante de la capital de Guerrero se ubica a poca distancia de la zona hotelera, donde se concentran las ayudas por la contingencia. Pero algunos de sus habitantes sólo han recibido una despensa o una escoba cuando hace cinco días el presidente Enrique Peña Nieto visitó la colonia para revisar las afectaciones. Para otros la ayuda ha sido nula.
Desolación
El trazo de la Laguna Tres Palos aún fluye con fuerza. Apenas hace unos días, los vecinos de la Colosio salieron de los albergues para revisar con asombro los destrozos en sus inmuebles y recuperar lo poco que no fue destruido o robado.
Las calles están llenas de basura, el lodo lo cubre todo, pero las personas han tomado la iniciativa para realizar las labores de limpieza, aunque no reciban los poco más de dos mil pesos que el gobierno prometió como parte del programa empleo temporal.
Fany es una de las afectadas en esta colonia popular. Las inundaciones arrasaron con los muebles que vendía en su local, causando pérdidas superiores a los 350 mil pesos, dice.
“No me han dado nada (el gobierno) no nos han apoyado para nada en la limpieza”, declaró Fany mientras a sus espaldas su esposo limpiaba el gran local que una vez estuvo lleno de muebles de madera.
Para Fernando, el dueño de una refaccionaría, desde que el agua lo cubrió todo decidió quedarse de guardia en su negocio por los saqueos. Como Fernando hay muchos que duermen entre el lodo para evitar que les roben lo poco que les queda.
Aunque muchos negocios y casas están dañadas por las inundaciones, los vecinos reclaman que aún no han sido tomadas en cuenta en el censo que, según las autoridades lleva contabilizadas 8 mil casas de las 20 mil siniestradas en toda la entidad.
Después de una semana, las lluvias han disminuido, pero el olor a pútrido de la basura combinada con animales muertos y el lodo se hace más fuerte dando paso a enfermedades estomacales y de la piel, de las cuales los niños son las principales víctimas.
Los vecinos, encargados de limpiar calles, caminan entre escombros con chanclas y unos cuantos usan cubre bocas, por lo que el riesgo de pescar una enfermedad es latente y los servicios de salud apenas se dan abasto, ya que el hospital de la colonia funciona al mínimo porcentaje, sólo para dar consultas básicas.
No sólo en las montañas y la sierra de Guerrero la ayuda escasea, también en esta y otras colonias populares -cómo la zona del revolcadero- se padecen los estragos que dejaron las tormentas, sin embargo a pesar de los pronósticos, en la zona Diamante el sol salió ayer.
DATO
La zona hotelera de Acapulco fue reactivada y el turismo fluye poco a poco. Aunque algunos hoteles aún son abastecidos con pipas de agua y las administraciones deciden hacer cortes temporales para cuidar el líquido.
Para evitar que se den más actos de rapiña en el Costco de la zona Diamante, saqueado hace algunos días, se mantiene un operativo de seguridad con policías locales y seguridad privada.
