Ángel Ortiz
Foto: Ángel Ortiz / Decenas de vehículos de transporte estuvieron estacionados largas horas en vialidades como Paseo de la Reforma  

En autobuses y camionetas con los letreros de sus lugares de procedencia, con líderes dando órdenes a gritos y lunch incluido en algunos casos, así llegaron miles de personas, comúnmente conocidos como acarreados, a acompañar este domingo al presidente Andrés Manuel López Obrador en su marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo.

Desde altas horas de la madrugada, los camiones que transportaron de ida y regreso a los asistentes a la marcha se estacionaron en algunas de las avenidas más concurridas de la Ciudad de México.

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«¡Estamos informados, no somos acarreados!», se oía que gritaban las miles de personas que llegaban juntas en autobuses de pasajeros, peseros y hasta camionetas van, de esas que coloquialmente se les conoce como combis.

Aún así, portaban carteles y lonas en las que se leían consignas como: «No vine por mi torta, vine por mis huevos»; «Vengo de acarreada, porque me pagaron con amor», entre otros mensajes similares.

«Yo vengo desde Ciudad Neza y no soy acarreada, vengo por mí… Ó sea, sí soy acarreada porque tengo ideales, porque tengo nietos, porque tengo hijos y eso es lo que me motiva a venir adelante para que esto siga», señaló la señora Luz María en la zona del Ángel de la Independencia.

No obstante, desde antes de las tres de la mañana, camiones, vans y microbuses de distintas entidades del país empezaron a llegar a las calles aledañas, y también a las no tan cercanas, al monumento ubicado en Paseo de la Reforma.

Vialidades importantes como Calzada Chivatito, Fernando Alencastre y el mismo Paseo de la Reforma, por donde el contingente se abriría camino, se llenaron de estos transportes, muchos de los cuales tenían letreros para identificar su lugar de procedencia o su partido de afiliación —ya fuera Morena, el Partido Verde Ecologista de México o el Partido del Trabajo—, así como mensajes de apoyo para el primer mandatario.

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En fila, en unos casos doble y hasta triple, los camiones y camionetas causaban, más que de costumbre, que el flujo vehicular de la ciudad fuera lento. Enojados, algunos de los conductores se aventuraban a gritar a las unidades, en esos momentos sólo ocupadas por el chófer: «¿Cuánto les pagaron?».

Por ejemplo, en avenidas como San Cosme y Av. México-Tenochtitlan, decenas de camiones poblaron estas vialidades, volviendo prácticamente imposible la circulación vehicular en esta zona.

Sobre el eje Guerrero la situación fue similar, pues los autobuses estuvieron apostados en doble fila a ambos costados de la avenida, dejando sólo un carril para que transitaran los automovilistas.

Por otra parte, algunos asistentes que llegaron a bordo de los autobuses optaron por acompañar la marcha sólo un tramo del recorrido, y quedarse cerca de las unidades y sitios con venta de comida o tiendas.

“Ya mejor nos quedamos aquí, ni vamos a ver nada y nada más nos vamos a asolear, además, ya acompañamos al Presidente”, indicaron dos asistentes a la marcha que abandonaron el contingente en El Caballito.

«Nada más darnos cuenta de que esto es lo que nos conviene, esto es lo que realmente debe de ser en México», refirió el señor Arturo Lazcani, procedente de Teotihuacán, también cerca de El Caballito, punto en el que él y su familia abandonaron la marcha.

Pasadas las dos de la tarde, y con la marcha en curso, algunos asistentes dejaron de intentar acercarse al Presidente, el cual avanzaba resguardado por una cadena humana, acompañado por sus corcholatas, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, y comenzaron a regresar a las avenidas en las que sus camiones los esperaban.

La cantidad de «desertores» aumentaba al pasar el tiempo y era muy numerosa en el momento en que López Obrador daba su discurso en la plancha del Zócalo, cerca de las cinco de la tarde. Así, miles de personas comenzaron a retirarse, avanzando por ambos costados de la Alameda Central.

Algunos asistentes subieron a las unidades en espera del regreso, mientras que otros aprovecharon para comer tortas y guisados que, aseguraron, ellos traían preparados desde su lugar de residencia.

Al ser cuestionados, se mostraron firmes y contestaron: «Nosotros venimos por voluntad propia, con nuestros recursos y vimos cómo le hacíamos», mientras se alistaban para partir todos juntos en sus transportes.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que a la marcha asistieron 1.2 millones e indicó que la movilización fue pacífica y que no se rompió ni un vidrio.

Sin embargo, los asistentes llegaron desde varios estados para apoyar al Presidente, a comparación de la convocada en apoyo al INE el 13 de noviembre pasado, donde miles de personas protestaron en diferentes estados sin mayor promoción que en redes sociales.

FRASES:
«Ni cada mil años nace una persona como Obrador»
Rafael Torres
Asistente a la marcha

«Pocas personas como él en la historia, que puedan juntar a tanta gente en tan poco tiempo»
Diego Belmont
Asistente a la marcha

«Es un honor estar aquí y, principalmente, apoyar al hombre que le regresó la dignidad a México» Anderson
Asistente a la marcha

«No vine acarreado, traje mis tortas y mi convicción»
Asistente a la marcha

«Que no digan que somos acarreados, venimos porque queremos, para respaldar la Cuarta Transformación del presidente, aquí también salimos y salimos más”
Asistente a la marcha

«Teníamos que venir, ni modo de no apoyar al Presidente, a nuestro Presidente, hay que apoyarlo siempre […] nosotras venimos de Nicolás Romero»
Gisselle Pérez
Asistente a la marcha

“A nosotros nos trajeron de Miguel Hidalgo, si soy acarreada pero a mí no me dieron nada por venir, fue más que nada hacerle el favor a la persona que nos invitó”
Ivonne Severo
Aistente a la marcha

“También fue porque un conocido que trabaja para la delegación me jalo para acá, si nos dan un lonche pero eso es más como una atención, ya que a ellos les piden juntar un mínimo de personas”
Susana
Asistente a la marcha.

«Fue un grave error de la oposición creer que se le puede vencer en la calle al Presidente»
Fernando Dworak
Analista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)

«Sabe (el presidente López Obrador) que para que pueda ganar elecciones necesita una maquinaria aceitada, que funcione todo el tiempo»
Gustavo López
Investigador del Tecnológico de Monterrey

LEG