Foto: Especial | Diagnóstico. Señalan rezago en inversión, abandono en la Conagua y desorden en las concesiones otorgadas a particulares  

De no enderezar el rumbo en materia de agua, México se enfrentará a una crisis hídrica sin precedentes, por lo que el reto de la nueva administración que encabeza Claudia Sheinbaum no sólo será en materia de inversión, sino en ordenamiento de concesiones y transmisión de derechos del líquido, de acuerdo con expertos consultados.

En mayo de 2023, Fernando González Villarreal, coordinador Técnico de la Red del Agua UNAM, destacó que 71 por ciento del territorio nacional presenta un grado de presión hídrica alto o muy alto, mientras que 106 municipios tienen alta vulnerabilidad a las sequías.

Para el exdirector de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de 2006 a 2012, José Luis Luege Tamargo, el mayor reto que enfrentará la nueva administración federal es el rezago histórico de inversión en agua, a tal grado que casi desaparece la Conagua.

Y es que mientras se calcula que el país requiere al menos 80 mil millones de pesos al año para atender su rezago en infraestructura hidráulica, la inversión registrada es de cerca del 50% de esa cifra.

Tamargo aseguró que áreas vitales de esta dependencia se debilitaron enormemente, como la de inspección y vigilancia, mientras que áreas técnicas dejaron de hacer estudios fundamentales, por lo que ya no están actualizados.

“Hay un área de atención a emergencias, con cerca de 20 centros de atención a emergencias en el país, que se abandonaron, pero lo más grave es el tema de administración de las concesiones, de las asignaciones de agua, en lo que se llama el Registro de Derechos de Agua en el país.

“El reto en inversión es brutal, enorme. Hay dos presas que se están construyendo, más o menos grandes que arrancó el expresidente (López Obrador), pero eso es nada con las necesidades que tiene el país”, expuso.

Por ello, ante el plan que tiene la nueva administración federal para impulsar megaproyectos hidráulicos en varios estados del país, comentó que es común que al iniciar un nuevo sexenio proyectos que se olvidaron vuelvan a impulsarse.

“Lo que dijo (Claudia Sheinbaum) durante la campaña en materia de agua. yo podría estar de acuerdo en la mayor parte, y luego los 100 compromisos. Durante la campaña yo creo que tuvimos una gran coincidencia. A mí me tocó elaborar la Agenda del Agua 2050 para Xóchitl Gálvez que debe ser aplicada, desde mi punto de vista, independientemente de quién ganara.

“(Sheinbaum) durante la campaña habló de un acuerdo nacional por la seguridad y sustentabilidad, ese acuerdo es una agenda del agua 2050, es decir: debemos de tener una visión por lo menos de 30 años adelante y debe ser un plan con visión de cuenca, que tenga las inversiones, la hoja de ruta de lo que se quiere elaborar año con año. Eso a mí me parece fundamental”, expresó el exfuncionario.

Expuso que tanto el proyecto de Temascaltepec para la CDMX y su zona metropolitana y el de Paso Ancho en Oaxaca, no solo se pueden, sino que se deben realizar.

“En el caso de mi administración ese proyecto se frenó por falta de recursos, pero también por problemas sociales en cuanto a la ubicación de la cortina de la empresa, pero son programas que se deben de continuar y que se deben de resolver”, afirmó.

En cuanto al plan de Temascaltepec, Luege Tamargo señaló que pese a que se canceló hace años es un proyecto viable y necesario para la zona conurbada de la Ciudad de México.

“Yo intenté arrancar Temascaltepec, pero había problemas sociales, con un problema que hay que atender a fondo, que es el tema de los Mazahuas. Hay algunas localidades que no tienen agua y, evidentemente, tú no puedes traer un producto de esas zonas que no tienen agua sin proveerles agua”.

Por su parte, el profesor-investigador del programa de Agua y Sociedad del Colegio de San Luis Potosí, Francisco Peña, comentó que aún más importante que los proyectos que podrían desarrollarse durante la nueva administración federal, es la intención de la Presidencia por ordenar las concesiones de agua y la transmisión de derechos del agua.

Sin embargo, el académico advirtió que no es recomendable el impulso de obras que modifiquen los sistemas hidráulicos, ante la fragilidad en la que ya se encuentran los ecosistemas por el cambio climático.

“Hubo un gran desorden y crecimiento de las concesiones, y sobre todo, prácticamente control cero en la transmisión de derechos, eso agotó mucho el ciclo hidrosocial e hidrológico en muchas regiones del país”, destacó.