La Cámara de Diputados aprobó en lo general el dictamen de reforma constitucional en materia de conservación y protección de los maíces nativos con 409 votos a favor y 69 en contra.
El decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de los artículos, 4° y 27° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en contra del maíz transgénico.
Con mayoría calificada, la Cámara Baja dio paso a la reforma presidencial, entre señalamientos hacia la oposición como “hijos del Monsanto” y el PAN hacia Morena, que dan “Penilla”, refiriéndose al abogado que defiende a Ismael "El Mayo" Zambada.
Noemí Luna, diputada federal del PAN, ante la discusión de los maíces nativos, señaló en el pleno, que las reformas constitucionales se han realizado a partir de visiones ideológicas y se ha déjalo a un lado el análisis técnico, lo que podría dejar afectaciones directas a miles de agricultores que dependen de dicha actividad.
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“¡Qué penilla! porque resulta una nueva hipocresía venir con esta reforma, no la acompañan de una garantía real de que el Estado proteja a los productores de maíz, ¡Que penilla esta nueva hipocresía, porque no va acompañada esta reforma constitucional, de un plan, una estrategia de agua e infraestructura de riego que apoye con la sequía!”, denunció.
"Consensos son confusos y los conceptos pocos precisos y eso genera incertidumbre en la reforma de maíces nativos"
Claudia Ruiz Massieu, diputada federal de Movimiento Ciudadano manifestó que los consensos son confusos y los conceptos pocos precisos y eso genera incertidumbre en la iniciativa de reforma sobre maíces nativos. Realizó un exhorto de hacer lo necesario en México para ser más competitivo, productivo y el campo sea más rentable.
“Nuestra convocatoria en esta sesión es a hacer realidad ese propósito, que se prohíba el cultivo de maíz transgénico para consumo humano en México, que se promueva la ciencia y la innovación, que desprovistos de prejuicios ideológicos hagamos todo lo necesario para que seamos cada vez más productivos, más competitivos y que nuestro campo sea más rentable para todos, incluidos los campesinos, por supuesto, en primer lugar, y los pequeños propietarios. Pero no podemos respaldar una prohibición ambigua que pone en riesgo otros desarrollos científicos y tecnológicos y con ello la seguridad alimentaria de nuestro país en los próximos años”, afirmó Claudia Ruiz.
César Domínguez, diputado federal del PRI, dijo en el pleno de la Cámara de Diputados, que el análisis sobre los maíces nativos requiere un análisis más profundo ante la realidad que enfrentan los productores en México.
“Hemos definido ir a favor de este dictamen de que no se siembre maíz transgénico en México porque eso nunca ha ocurrido en el país. Estamos en presencia, hay que ser claros, de un pleonasmo legislativo, porque no está, lo prohíbe la ley y ahora queremos, si se quiere elevar, a rango constitucional”, subrayó el legislador.
Domínguez pidió que la reforma venga acompañada de una política agropecuaria seria para satisfacer las necesidades del país y competir con el mundo.
Modificaciones establecen que el maíz es un elemento de identidad nacional
Las modificaciones al artículo 4° Constitucional establece que el maíz es un elemento de identidad nacional, un alimento básico del pueblo de México y base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos, lo que garantiza su independencia respecto a la propiedad de sus semillas y base de su alimentación.
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Se establece también que el cultivo del maíz en el territorio nacional “debe ser libre de modificaciones genéticas, producidas por técnicas que superen las barreras naturales de la reproducción o la recombinación con los transgénicos, con el fin de proteger al maíz nativo de la contaminación genética, de los acervos genéticos nacionales y evitar la dependencia de semillas o patentes producidas por empresas trasnacionales”.
Asimismo, el dictamen señaló que todo uso del maíz genéticamente modificado debe ser valuado en los términos de las discusiones legales, que quede libre de amenaza para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y de su población, para garantizar el principio precautorio, la riqueza biológica y evitar la irreversibilidad de los procesos genéticos no naturales.
