Gobierno oferta dos aviones presidenciales que son obsoletos

Entre la flota de 72 aeronaves que el Gobierno federal puso en venta por motivos de austeridad, se encuentran dos aviones presidenciales, que sirvieron a más de cuatro mandatarios, mismos que en un diagnóstico de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se catalogan como obsoletos.

Se trata de dos Boeing: uno modelo 757 que data de 1987, con clave TP02 y matrícula XC-UJM, así como un 737, en servicio desde 1989, identificado como TP03, con matrícula XC-LJG.

El TP02, conocido como Presidente Juárez, fue el transporte aéreo de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto durante cuatro años de su sexenio.

La aeronave cuenta con 26 asientos presidenciales en la parte delantera; en medio tiene una habitación, y en la parte trasera, tiene más de 30 asientos, que eran utilizados por representantes de los medios de comunicación y elementos del extinto Estado Mayor Presidencial.

Sin embargo, un diagnóstico de la Defensa Nacional indica que tras 32 años de servicio, el Presidente Juárez ya no cuenta con los estándares de seguridad y eficiencia requeridos por las normas internacionales de navegación, además de un historial de fallas, componentes obsoletos y reparaciones altamente costosas.

De comprarse, el nuevo dueño se llevaría una aeronave con más de 8 mil horas de vuelo, con una «capacidad limitada de transporte aéreo para llevar a cabo actividades de coordinación y cooperación».

El diagnóstico abunda que dado el manteniendo que recibió durante 30 años, «la aeronave se considera operativa, sin embargo, por su antigüedad presenta frecuentes fallas, sus sistemas electrónicos están quedando obsoletos, sus costos de mantenimiento son elevados y los tiempos de entrega de refacciones son prolongados y presenta fatiga estructural».

Una de sus principales fallas es que sólo le funciona uno de sus dos depósitos de combustible, lo que causa que su autonomía de vuelo se limite a 4 horas con 30 minutos, es decir, un recorrido de 4 mil 450 kilómetros, lo que imposibilita a la aeronave a realizar viajes trasatlánticos.

En febrero de 2016 se dio de baja al Presidente Juárez como la principal aeronave de transporte presidencial, debido a la llegada del avión Boeing 787 Dreamliner, conocido como TP01, que el gobierno también puso a la venta y actualmente se encuentra en Estados Unidos a la espera de un comprador.

Hasta 2018, el antiguo avión presidencial sirvió como aeronave de emergencia, su último vuelo se registró en septiembre de 2018, cuando el Dreamliner tuvo una falla en Nueva York, y el Presidente Juárez tuvo que desplazarse hasta esa ciudad para recoger y llevar de regreso a la Ciudad de México a Enrique Peña Nieto y su comitiva.

En las mismas condiciones se encuentra el TP03, que desde el sexenio de Salinas fungió como aeronave de respaldo.

A pesar de las fallas, el gobierno de México puso a la venta esas dos aeronaves, catalogándolas como en «buen estado», e incluso, aceptó que tienen vencidos sus últimos servicios así como las licencias de aeronavegabilidad.

Sugieren entregar nave a las Fuerzas Armadas

Por: Jorge X. López

La diputada federal Laura Rojas (PAN) sugirió que, como el avión presidencial no se ha podido vender, y el Presidente de la República insiste en no utilizarlo, podría ponerse la aeronave a disposición de las Fuerzas Armadas del país.

“Si el Presidente no quiere utilizarlo, lo cual se respeta, entonces para que ocupe y se ponga al servicio del país.

“Creo que, si no se consigue un comprador pronto, pues nada más va a seguir gastando dinero, porque se tiene que seguir pagando, no se usa, y al final del día es dinero perdido para México”, expresó la legisladora.

Ayer, 24 HORAS publicó que aún cuando se vendiera la aeronave, mantendría un adeudo con Banobras por lo que no quedarían recursos para la atención de los migrantes, como estipuló el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

La diputada panista agregó que la puesta en venta del avión presidencial es una más de las malas decisiones y de una austeridad mal entendida que están afectando las finanzas públicas y el funcionamiento de la administración pública en general.

Si en algún momento se llega a vender, dijo Rojas, el dinero que se obtenga ni si quiera servirá para recuperar lo que ya se había gastado, y tampoco se va a vender con una ganancia real.

En tanto, el diputado Benjamín Robles (PT) respaldó la decisión del Ejecutivo federal de ofrecer el avión presidencial, y afirmó que una vez que se venda, el Presidente podría revisar administrativamente cómo destinar el dinero al plan migratorio.

Acerca de los adeudos que mantiene, señaló que el PT respaldará al Presidente para que el dinero de la venta se dedique al fin que había decido López Obrador, pues es una decisión adecuada.

 

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