Un evento exógeno a la presencia del presidente Enrique Peña Nieto a Costa Rica se hizo presente en las calles de San José: el anuncio que hizo la Corte tica para liberar, ipso facto, a quien llaman el pequeño Pablo Escobar. Se trata del empresario Carlos Pascal, dueño, entre muchos negocios, del equipo de futbol Limón. Los jugadores de este equipo, hace un año, al conocer la noticia de que su dueño sería llevado a la cárcel por cometer el delito de lavado de dinero, salieron a la cancha con una camiseta que publicitaba el siguiente mensaje: “En Dios confío”.
Entre la comitiva mediática local, el tema de Pascal resultaba candente. Faltaban 20 minutos para la conferencia de prensa de los presidentes Laura Chinchilla y Enrique Peña Nieto y el calor de una de las salas se hacía notar. Así lo han de haber sentido, un par de horas antes, un grupo de niños y niñas del Colegio México que esperaron a los mandatarios en el jardín del Museo de Arte Costarricense.
El jardín es magnífico. Las esculturas Monumento al agricultor, de Francisco Zúñiga, junto a Imagen cósmica, de Jorge Jiménez, sirvieron de elementos estéticos que, junto a los niños, marcaron el segundo viaje del presidente Peña al exterior. Elsa, de 7 años, no dejaba de sonreír. Traviesa, caminaba de ida y vuelta por la alfombra roja. “Sí me gustó venir al museo”, palabras que con dificultad escapan de su sonrisa.
Pasaron los 20 minutos y la conferencia de prensa inició. Antes, una voz amenazó a los asistentes de que ni lo pensáramos, que no se permitirían preguntas. Así que el diálogo público entre los mandatarios inició.
De las palabras de Laura Chinchilla flotó un éxito diplomático del canciller José Antonio Meade: “El tema de seguridad sí ha estado presente pero no será el tema que defina nuestra relación”. Así, el gobierno del presidente Peña Nieto insistía en que, a diferencia del sexenio pasado, el mensaje no será monotemático.
Chinchilla habla sobre la colaboración que tendrá con México: destaca el puente que unirá a Panamá con Costa Rica, el puente Sixaola. El financiamiento vendrá del fideicomiso Yucatán. Icono, tal vez, de lo que el Presidente mexicano denomina Tratado único con Mesoamérica. La presidente Chinchilla menciona la palabra cultura. Presente, Rafael Tovar y de Teresa levanta mano. Chinchilla solicita asesoría a México para que la UNESCO reconozca zonas ticas que deben de ser patrimonio de la humanidad.
Las calles de San Juan parece que surgen de postales turísticas; prácticas porque no se ven coches ni personas. Claro. Las orden fue clara: bloquear el paso de autos para que la agenda no se trastoque. Un motociclista atiende a una señora que permanece sobre el suelo, desmayada tal vez.
Al llegar a la Asamblea, un grupo de 20 personas lanzan soflamas contra el Presidente mexicano: Atenco no se olvida.
La Asamblea tica refleja el tamaño de país: pequeña. Como si de una sala de juntas de una multinacional se tratara. Un jardín morisco, en su interior, embellece al recinto. Ahí habla el presidente de la Asamblea: Víctor Emilio Granados Calvo.
Menciona que “el intercambio comercial que fue en 1994 de 122 millones de dólares ha crecido hasta alcanzar la suma de tres mil 640 millones en 2011”.
¡Pura vida!
No hay aplausos para nadie. Ni para el presidente del Congreso ni para el Presidente de México. Se trata de una sesión poco emotiva.
Lo que sí resultó emotivo fue el regreso a un local para escribir estas palabras: un poco de suerte colaboró a evitar un choque, gracias, claro, al bloqueo de calles.
En las esquinas, a algunos automovilistas les alcancé a ver las encías. Los entiendo.
Pura vida.
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