WASHINGTON. Faltan apenas tres meses para las elecciones legislativas que decidirán quién controla el Senado en Estados Unidos y la campaña presidencial de 2016 comenzará pronto después, pero el partido republicano aún no puede decidir qué hacer sobre la inmigración ilegal.

 

Es uno de los temas que perjudicó a los republicanos en su derrota en 2012. Es el problema que el partido ha declarado debe resolver para ganar futuras contiendas presidenciales. Aun así siguió acosando al partido esta última semana, cuando los republicanos se pelearon y trastabillaron todo un día antes de aprobar una propuesta de ley para quedar bien el viernes.

 

El fiasco mostró nuevamente que un pequeño de número de ultraconservadores intransigentes tiene el poder para obstaculizar las gestiones de los líderes republicanos para elaborar posiciones coherentes sobre asuntos claves, incluyendo uno que casi dos terceras partes de los estadunidenses dicen es importante para ellos personalmente, de acuerdo con un sondeo de The Associated Press-GfK.

 

"Sería muy malo para los republicanos en la Cámara de Representantes no ofrecer su visión de cómo resolver el problema", dijo el senador republicano Lindsay Graham cuando fracasó la propuesta inicial de inmigración en esa cámara. Aunque los republicanos en la cámara baja son capaces de rechazar las propuestas de los demócratas, eso no es suficiente, dijo Graham: "Al menos ellos (los demócratas) tienen una visión".

 

La inmigración parece tener apenas un impacto moderado en las aproximadamente 10 contiendas senatoriales que determinarán el control de esa cámara. La posible excepción es la contienda entre el senador demócrata Mark Udall y el republicano Cory Gardner en Colorado, donde los votantes hispanos constituyeron 14% del electorado en 2012.

 

Incluso si el presidente Barack Obama procede con una propuesta para conceder permisos de trabajo a millones de inmigrantes que viven ilegalmente en el país, eliminando con ello la amenaza de deportación, estrategas demócratas dicen que los republicanos no se beneficiarán mucho. Los republicanos, dicen sus rivales, ya han extraído todo lo posible de votantes furiosos con el presidente fustigando su historial en salud, política exterior, el Servicio de Renta Interna y otros asuntos.

 

"Hay un límite y nada que haga el presidente puede hacerles rebasar ese límite", dijo el representante Steve Israel, que encabeza las gestiones de los demócratas para ganar elecciones para la cámara baja. "Sin embargo, los votantes indecisos quieren soluciones".

 

Los hispanos fueron menos de 3% de todos los electores registrados en siete otros estados con contiendas senatoriales apretadas: Luisiana, Arkansas, Carolina del Norte, Iowa, Michigan, Georgia y Kentucky. Así que cualquier beneficio para los demócratas por una medida ejecutiva de Obama pudiera ser limitado.

 

No obstante, unos pocos senadores demócratas en esas contiendas — incluyendo Kay Hagan en Carolina del Norte y Mark Pryor en Arkansas — se están distanciando del presidente. La Casa Blanca, dice Pryor, "está enviando mensajes contradictorios, diciéndole a la gente que no cruce la frontera ilegalmente y entregando permisos de trabajo a personas que están aquí ilegalmente".

 

Ambas partes concuerdan en que la inmigración va a desempeñar un papel más importante en la elección presidencial de 2016. El senador republicano John McCain, candidato presidencial del partido en 2008, dijo que los republicanos no pueden ganar sin respaldar una reforma radical de las leyes de inmigración, mientras que el ex gobernador de Florida Jeb Bush ha sido uno de los potenciales candidatos de 2016 en llamar al partido a liberalizar su enfoque en el tema.

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