La escena no pasó desapercibida en la Santa Sede: sobre los muros del Palacio Apostólico, sede de la residencia papal, se proyectaron imágenes de Cristo deteniendo una corrida, la Virgen abrazando a un toro moribundo y una pregunta incisiva: “¿Qué haría Jesús?”. Fue la carta de presentación con la que PETA, la organización internacional por los derechos de los animales, pidió al papa León XIV y al Vaticano cortar todo vínculo entre la Iglesia Católica y las corridas de toros.
El mensaje fue directo: “Las corridas de toros son un pecado”, se leía en la proyección, acompañada por escenas del sufrimiento de los animales y un rótulo final: “200 mil católicos te suplican que acabes con la guerra contra los toros”.
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Polémica campaña
Se trata de una campaña respaldada por la recolección de casi doscientas mil firmas de fieles que exigen al pontífice una condena clara a una práctica que, aunque legal en varios países, ha sido cada vez más cuestionada ética y socialmente.
PETA argumenta que no solo se trata de crueldad animal, sino de una costumbre aún tolerada por instituciones que predican compasión y respeto por la vida.
La petición al nuevo Papa se inscribe en el espíritu de la encíclica Laudato Si’, donde Francisco afirmaba que “todo acto de crueldad hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana”. Para la vicepresidenta de PETA Europa, Mimi Bekhechi, el nuevo pontífice tiene la oportunidad de continuar ese legado desde el inicio de su papado.
Vínculos históricos entre el Vaticano y corridas de toros
En 1567, el Papa Pío V condenó el toreo como “espectáculo vergonzoso, propio de demonios”, imponiendo penas de excomunión. Sin embargo, menos de dos décadas después, su sucesor Gregorio XIII flexibilizó la prohibición, permitiendo la asistencia de laicos bajo ciertas condiciones.
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Hoy, cinco siglos después, el debate reaparece con renovada intensidad. No se trata solo de una tradición cultural, sino de una tensión moral que interpela directamente al liderazgo espiritual del Vaticano.

Editor de la sección Mundo en el diario 24 HORAS. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con experiencia en redacción, traducción y proyectos editoriales en medios de comunicación.