Las inundaciones que azotaron la ciudad argentina de Bahía Blanca han dejado un saldo devastador: 16 muertos, cientos de evacuados y la angustiosa búsqueda de dos niñas desaparecidas.
Cuatro días después de la tormenta, los socorristas continúan con la remoción de escombros y el rastreo de las áreas más afectadas en un intento por encontrar con vida a las hermanas de uno y cinco años, arrastradas por la corriente junto a su madre, quien sobrevivió.
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El intendente de la ciudad, Federico Susbielles, confirmó que la cifra de fallecidos se mantiene, mientras que la energía eléctrica ha sido restablecida en el 70 por ciento de los hogares. Las autoridades esperan que muchos de los desaparecidos reportados sean personas que perdieron comunicación debido al colapso de las redes. “Uno comprende el dolor y la angustia de nuestros vecinos”, afirmó Susbielles en conferencia de prensa.
Una ciudad de Argentina en shock
Los habitantes de Bahía Blanca intentan reconstruir sus vidas en medio de la devastación. Guillermo Busteros, residente de un barrio afectado, recordó para la agencia AFP la rapidez con la que el agua lo cubrió todo: “Las calles se desbordaron en minutos. Cuando la lluvia cedió, el agua marrón comenzó a arrastrar todo a su paso”. La ciudad sigue paralizada: sin transporte público, con comercios cerrados y sin acceso a cajeros automáticos por la falta de electricidad.
Pamela Pacheco, otra damnificada, aseguró para la misma agencia que la recuperación será larga y difícil. “Tuvimos un tornado, granizo devastador y ahora esto. Las casas no resisten más. Muchas viviendas precarias fueron arrasadas”, lamentó.
Ante el temor de saqueos, casi 800 policías han sido desplegados en las zonas afectadas, mientras 200 bomberos trabajan en la limpieza de calles y viviendas anegadas.
Solidaridad y reconstrucción
En respuesta a la tragedia, clubes de fútbol y organizaciones civiles han iniciado una ola de solidaridad. La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) lanzó una campaña de donaciones liderada por el entrenador de la selección nacional, Lionel Scaloni. “Estamos eternamente agradecidos al que pueda aportar lo suyo”, dijo en un video difundido en redes sociales.
En Buenos Aires, el club Atlanta se ha convertido en un centro de acopio, con habitaciones repletas de colchones, agua potable y alimentos. “Nos han donado sin parar, la solidaridad sigue en pie”, afirmó Simón Oliak, directivo del club.
El gobierno nacional decretó tres días de duelo y anunció una ayuda extraordinaria de 10 mil millones de pesos (unos 9.2 millones de dólares). Sin embargo, los daños ascienden a 400 millones de dólares, según un balance preliminar.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, calificó lo sucedido como “una catástrofe sin precedentes”. En tanto, el Papa Francisco envió sus condolencias desde el Vaticano, expresando su cercanía con las víctimas.
