Conmocionado tras el ataque con cuchillo que causó tres muertos en un parque de Reading, el Reino Unido se interroga este lunes sobre el pasado del sospechoso que, según la prensa británica, ya era conocido por los servicios de inteligencia.
El lunes por la mañana, hubo un minuto de silencio en esta ciudad de 200 mil habitantes, ubicada a 60 kms al oeste de Londres, a la cual acudió la ministra del Interior, Priti Patel.
«Tenemos que aprender de lo que pasó este fin de semana para evitar que una cosa así vuelva a producirse», dijo.
En primera página, casi todos los diarios británicos destacan que el sospechoso, presentado como Khairi Saadallah, un refugiado libio de 25 años, era un nombre conocido por el servicio de inteligencia interior (MI5) en 2019 debido a sus intenciones de unirse a un grupo yihadista en el extranjero, aunque no se detectó ningún riesgo inminente.
Según The Telegraph, el libio fue liberado de prisión en junio tras una condena por delitos menores, sin vínculo con el terrorismo. Asimismo, padecía importantes problemas de salud mental.
El sospechoso, que fue detenido «cinco minutos» después de que se llamara a las fuerzas de seguridad y actuó en solitario para llevar a cabo este ataque considerado como «terrorista», según la policía, que no busca a más personas.
Su perfil plantea interrogantes en el país, tras dos ataques perpetrados en Londres en los últimos meses por individuos que ya habían sido condenados por delitos terroristas.
– Extraer lecciones –
A fines de noviembre, un yihadista en libertad condicional mató a dos personas en el centro de la capital antes de ser abatido por la policía en el puente de London Bridge.
El 2 de febrero, tres personas resultaron heridas por arma blanca en un ataque de «naturaleza islamista» en una calle comercial, según la policía. El agresor fue igualmente abatido por las fuerzas de seguridad.
Desde entonces, el gobierno conservador de Boris Johnson anunció un proyecto de ley para agravar las penas para los autores de actos terroristas, prohibiendo su liberación anticipada.
«Puedo garantizarle que si debemos sacar lecciones, si es necesario cambiar las políticas y si debemos hacer las cosas de forma diferente, lo haremos», declaró el lunes en la BBC el secretario de Estado encargado de Seguridad, James Brokenshire.
El responsable precisó que el nivel de amenaza terrorista sigue siendo «importante», y ubicado en el nivel tres en una escala de cinco.
Brokenshire mandó un mensaje tranquilizador, instó a la gente a la «vigilancia» pero no a «preocuparse». «Debemos seguir adelante con nuestras vidas y velar para que que quienes quieren intimidarnos y usar el terror para intentar cambiar nuestra vida no lo consigan», dijo.
Precisó que en los tres últimos años los servicios de seguridad frustraron 25 ataques terroristas, originados en un amplio espectro que va desde la extrema derecha al yihadismo.
Ante las rejas del parque donde se produjo el sábado por la tarde el drama, han sido depositadas flores para rendir homenaje a las víctimas.
Una de ellas era un ciudadano estadounidense, dijo el embajador de Estados Unidos en Londres, Woody Johnson. Según medios estadounidenses, se trata de Joe Ritchie-Bennett, de 39 años, oriundo de Filadelfia e instalado desde hacía unos 15 años en Reino Unido, donde trabajaba para un grupo farmacéutico.
Otra de las víctimas sería un amigo suyo, James Furlong, de 36 años, profesor de historia en una escuela de secundaria en una localidad vecina.
fahl