Las intensas lluvias y vientos en el sur de la India, aumentaron el número de víctimas mortales a 160 personas, entre ellos trabajadores y sus familias, en las plantaciones de té de Kerala. Las condiciones climáticas también dificultaron la búsqueda de supervivientes tras los deslaves que arrasaron la región.
Además de los decesos, las lluvias monzónicas también bloquearon las carreteras hacia el distrito de Wayanad, en Kerala, mientras que el único puente que conectaba las aldeas con más afectaciones, Chooralmala y Mundakkai, fue destruido.
Los equipos de rescate se han visto obligados a retirar los cuerpos utilizando camillas suspendidas en tirolinas improvisadas, elevadas precariamente sobre las aguas desbordadas.
Arun Dev, rescatista voluntario, informó que varias personas que escaparon previamente “fueron arrastrados con sus casas, templos y escuelas". El ministro de Finanzas regional, K. Rajan, informó que los rescatistas recuperaron los restos de 160 personas.
Asimismo, el alto oficial de la policía local, M.R. Ajith Kumar, indicó que unas 500 personas lograron ser rescatadas desde el inicio de los deslaves, sin embargo indicó que “todavía hay amplias áreas que deben ser exploradas y rastreadas para ver si allí vivía gente o no".
Más tres mil personas se refugiaron en campamentos alrededor de Wayanad. La agencia de desastres de Kerala advirtió sobre la posibilidad de más lluvias y vientos fuertes, con riesgo de daños adicionales en otras partes del estado.
