Decenas de miles de seguidores de Jair Bolsonaro tomaron las calles en São Paulo, Río de Janeiro y otras ciudades de Brasil, en vísperas del fallo de la Corte Suprema que definirá si el expresidente es culpable de intento de golpe de Estado en 2022.
De ser condenado, podría enfrentar más de 40 años de cárcel. Aunque bajo arresto domiciliario, Bolsonaro fue la figura central ausente de las movilizaciones que reunieron cerca de 42 mil personas en la emblemática avenida Paulista, según la Universidad de São Paulo.
Las protestas exigieron una amnistía legislativa para los bolsonaristas encarcelados tras el asalto a los poderes públicos del 8 de enero de 2023. Sus simpatizantes consideran que el proceso judicial es una persecución política. La esposa del mandatario, Michelle Bolsonaro, ovacionada en el acto, denunció que su marido está “amordazado en casa”.
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Señales de Bolsonaro hacia Washington

En la concentración se desplegaron pancartas con mensajes como “Thank you, Trump” y una bandera gigante de Estados Unidos. El gesto subrayó el vínculo con el expresidente estadounidense, quien recientemente impuso aranceles punitivos a Brasil y sancionó a jueces brasileños, alegando una “caza de brujas” contra su aliado.
Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario, reside en Estados Unidos y ha promovido activamente la intervención de Donald Trump en favor de su padre.
El gobernador paulista, Tarcísio de Freitas, considerado posible sucesor para 2026, advirtió que “no vamos a aceptar la dictadura de un poder sobre otro” y aseguró que existen votos en el Congreso para impulsar la amnistía.
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Lula refuerza su mensaje de soberanía
En contraste, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabezó el desfile por el Día de la Independencia en Brasilia con el lema “Brasil soberano”, en respuesta a las presiones de la Casa Blanca. En un mensaje televisado, rechazó “órdenes de nadie” y acusó de “traidores a la patria” a quienes promovieron ataques contra las instituciones.