El aroma de la tensión comercial entre Estados Unidos y Canadá se coló en las cafeterías del país norteño, donde la tradicional bebida conocida por todos como "café americano", la rebautizaron como "café canadiano".
Rebautizo de café americano a café "canadiano"
Más que un cambio de nombre, la iniciativa simboliza un acto de afirmación nacionalista en respuesta a las crecientes fricciones entre ambos países.
Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, las relaciones con Canadá se tornaron tensas. En sus primeras semanas en el cargo, el mandatario propuso la anexión del país vecino como el estado número 51 y aplicó aranceles de hasta el 50 por ciento sobre productos canadienses.
En represalia, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, impuso una tarifa del 25 por ciento a la electricidad exportada a Nueva York, Minnesota y Michigan.
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La disputa comercial escaló rápidamente, al generar respuestas tanto en el terreno político como en el cotidiano.
Se cambia el nombre en las grandes urbes canadienses
En un gesto humorístico pero cargado de simbolismo, cafeterías de ciudades como Ottawa y Toronto decidieron modificar el nombre del café americano, una bebida que históricamente debe su denominación a los soldados estadounidenses que, durante la Segunda Guerra Mundial, diluían el espresso italiano por considerarlo demasiado fuerte.
Todd Simpson, propietario de la cadena Morning Owl en Ottawa, declaró al medio candiense CTV News que el cambio es "una forma sutil pero firme de reivindicar nuestra identidad". La compañía canadiense Kicking Horse Coffee llevó la iniciativa un paso más allá al promover una campaña en redes sociales para popularizar el término "café canadiano" en todo el país.
"Durante 16 años lo llamamos así de manera discreta. Hoy lo convertimos en una tendencia", afirmó la empresa en Instagram.

Símbolo de resistencia
La ironía no pasa desapercibida: el café no se cultiva en Canadá, sino que proviene en su mayoría de Centro y Sudamérica. Sin embargo, la respuesta de los consumidores es entusiasta, al convertir al "café canadiano" en un símbolo de resistencia ante el proteccionismo estadounidense.
Si bien los canadienses son conocidos por su cortesía, también son apasionados por el hockey, un deporte donde los guantes se tiran al hielo cuando la situación lo exige.
Y en esta disputa comercial, parecen estar listos para jugar duro, aunque sea con una taza de café "canadiano" en la mano.