Largas filas de chilenos protegidos con mascarillas votaron el domingo para decidir si quieren una nueva
Constitución y el mecanismo para redactarla, resguardando los protocolos sanitarios para combatir la pandemia en uno de los países más golpeados por el Coronavirus.
El acuerdo político para abrir la puerta a una nueva carta magna surgió tras una ola de protestas del año pasado, a veces violentas, originadas en reclamos que van desde críticas al sistema capitalista hasta mejorar condiciones en salud y educación.
Esta posible nueva Carta Magna sustituiría a la creada en 1980, la cual fue redactada a puertas cerradas durante la dictadura de Augusto Pinochet.
AR
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