Estados Unidos se adentra a partir de mañana en una de las semanas más duras de las vividas hasta ahora en la crisis del coronavirus, con el aumento exponencial de las muertes en Nueva York, Michigan y Luisiana y algunos gobernadores locales pidiendo que se decrete una orden nacional para que los ciudadanos permanezcan en sus casas.
Nueva York es el estado más afectado del país, concentrando más del 40% de todas las muertes registradas en EU y casi 115 mil 000 casos el sábado.
Los cuerpos de las víctimas mortales del COVID-19, la enfermedad respiratoria parecida a la gripe causada por el coronavirus, se apilaban dentro de bolsas de color naranja fosforito en una morgue improvisada a las afueras del Centro Médico Wyckoff Heights en Brooklyn, según una serie de fotos facilitadas a Reuters.
El General Cirujano de EU, Jerome Adams, advirtió en el programa de televisión Fox News Sunday que se avecinan tiempos difíciles, pero “se ve una luz al final del túnel si todos cumplen con su parte durante los próximos 30 días”.
“Esta va a ser la semana más triste y dura de la vida de la mayoría de los estadounidenses, francamente. Este va a ser nuestro momento Pearl Harbor, nuestro momento 11S, sólo que no va a estar localizado en un solo punto”, dijo. “Va a tener lugar por todo el país. Y quiero que Estados Unidos lo entienda”.
Diferentes lugares del país como Pensilvania, Colorado y Washington DC están empezando a ver un aumento de las muertes. El grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca advirtió que no es el momento de ir al supermercado o a otros espacios públicos.
La mayoría de los estados de EU han ordenado a sus ciudadanos que se queden en sus casas salvo para viajes esenciales a fin de contener la propagación del virus por todo el país, donde más de 313 mil personas han dado positivo y casi 8 mil 500 han muerto, según un recuento realizado por Reuters.
Sin embargo, algunas iglesias celebraron el domingo eventos multitudinarios por el Domingo de Ramos, el comienzo de la Semana Santa en las iglesias cristianas.
“Estamos desafiando las reglas porque el mandamiento de Dios es difundir el Evangelio”, dijo Tony Spell, pastor de la megaiglesia Life Tabernacle en un suburbio de Baton Rouge, en el estado de Luisiana. El religioso ha desafiado las prohibiciones del estado de las reuniones de grandes grupos, habiendo sido acusado de seis delitos menores.
Luisiana se ha convertido en uno de los focos del virus, informando el sábado de un aumento de nuevas muertes hasta las 409 y más de 12 mil casos.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, dijo el domingo a la cadena de televisión CNN que el estado podría quedarse sin respiradores artificiales para el jueves.
Los expertos sanitarios de la Casa Blanca han previsto que entre 100 mil y 240 mil estadounidenses podrían morir por la pandemia, incluso si se siguen las órdenes de quedarse en casa.
DAMG