Un informe de un canal de televisión francés que denunció cenas de lujo «clandestinas» en París, pese a la pandemia, provocó una investigación y un furor político por las afirmaciones de que la élite ignoraba descaradamente las reglas que ella misma estableció.
El canal privado M6 había emitió el viernes por la noche un reportaje grabado en cámara oculta en un lugar presentado como «un restaurante clandestino» en un barrio exclusivo de la capital francesa, donde ni los los comensales ni el personal llevaban mascarillas.
Caviar, champagne, menus de grands chefs et retrait du masque obligatoire…Nos journalistes ont pu pénétrer dans ces fêtes clandestines de haut standing qui se tiennent actuellement à Paris.
🎥@frvignolle Armelle Mehani et @CyrielleStadler en exclusivité pour le 📺#19h45 pic.twitter.com/ClXpIWrVwZ— M6info (@m6info) April 2, 2021
Francia mantiene cerrados todos los restaurantes y cafeterías y este fin de semana puso en vigor un aumento de las restricciones, debido a que los casos se han disparados y los hospitales están prácticamente desbordados.
La etiqueta #OnVeutLesNoms (Queremos los nombres) se volvió viral en Twitter, mientras se especulaba sobre quienes pudieron haber asistido a esas cenas.
El fiscal de París, Rémy Heitz, aseguró el domingo que abrió una investigación penal tras el reportaje, bajo cargos de «poner en riesgo la vida de otros».
La investigación busca comprobar «si se han organizado veladas desafiando las normas sanitarias y determinar cuáles han sido los posibles organizadores y participantes».
Una fuente entrevistada por M6, cuya identidad no fue revelada, dijo que había participado en dos o tres veladas en restaurantes «clandestinos» y que entre los invitados presentes incluso había ministros.
La fuente fue identificada más tarde por los medios de comunicación e internautas como Pierre-Jean Chalençon, propietario del lujoso «Palais Vivienne», en el centro de París.
En una declaración enviada a la AFP a través de su abogado, Chalençon reconoció implícitamente ser la fuente, pero pareció retractarse de la afirmación de que había ministros involucrados, diciendo que sólo quería mostrar «humor» y el «sentido del absurdo».
Pero el reportaje no fue cosa de risa para los miembros del gobierno, días después de que el presidente Emmanuel Macron ordenara las nuevas restricciones, que incluyen el cierre de escuelas y prohibir los desplazamientos más allá de 10 km del domicilio.
La ministra de la Ciudadanía, Marlene Schiappa, dijo que si ministros o legisladores estaban involucrados «deberían ser multados y penalizados como cualquier otro ciudadano».
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, replicó: «Todos los ministros, sin excepción», respetan las normas».
Pero el ministro del Interior, Gerald Darmanin, advirtió que los involucrados deben ser procesados si se confirman las denuncias. «No hay dos tipos de ciudadanos: los que tienen derecho a la fiesta y los que no», dijo.
fahl