Con su esposo desempleado debido a la pandemia, lo último que Juarsih quería era tener un tercer hijo, pero quedó embarazada en medio de la crisis sanitaria, como muchas indonesias, y el país se está preparando para un «baby boom».

 

La agencia de planificación familiar en Indonesia –el cuarto país más poblado del mundo– espera 400 mil nacimientos adicionales debido a las medidas de contención que han restringido el acceso a la anticoncepción.

 

Juarsih, una indonesia de 41 años, dejó de usar sus anticonceptivos cuando los hospitales se vieron colapsados por los pacientes con coronavirus y cuando las clínicas cerraron o redujeron sus horarios.

 

Madre de dos adolescentes, ahora tiene miedo de someterse a un chequeo de embarazo en un hospital en Bandung, en la isla de Java.

 

«Me sorprendí mucho cuando me di cuenta de que estaba embarazada», dice ella. «Comencé a sentirme feliz más tarde, pero siempre hay un sentimiento de tristeza (…) porque esto llega en un momento difícil».

 

El uso de anticonceptivos ha «caído drásticamente» desde el comienzo de la epidemia en el archipiélago, en marzo, dijo a AFP Hasto Wardoyo, jefe del servicio de planificación familiar de Indonesia (BKKBN).

 

Los funcionarios de salud también temen que aumenten los abortos o la mortalidad materna.

 

«También estamos preocupados (por el riesgo) de desnutrición, ya que no todas las familias pueden permitirse alimentar bien a los niños», dijo.

 

Campaña masiva en Indonesia 

Con el acceso a los hospitales cada vez más difícil, las autoridades tuvieron que ingeniarse soluciones para promover el control de la natalidad.

 

Los equipos médicos han recorrido aldeas para advertir que este no es el momento adecuado para traer un bebé al mundo.

 

«Puedes tener sexo. Puedes casarte. Pero no te quedes embarazada», proclamaban los médicos mediante altavoces. «Papás, contrólense, y nada de sexo sin contracepción».

 

Indonesia implementó una política de planificación familiar ya en la dictadura del general Suharto, hace unos 50 años, lo que ha hecho declinar en gran medida la tasa de fertilidad.

 

Actualmente hay 2.34 hijos por mujer en este país de casi 270 millones de habitantes.

 

Esta semana se lanzó una operación a gran escala para distribuir anticonceptivos a un millón de indonesios en un día.

 

Los preservativos siguen siendo poco populares en Indonesia, y el 98% de los usuarios de anticonceptivos son mujeres, a través de inyecciones hormonales o píldoras anticonceptivas.

 

Un «bebé corona»

En una clínica en Yakarta, Rahma, madre de dos hijos, admite que el confinamiento ha brindado más oportunidades para el sexo.

 

«Mi esposo ha pasado mucho tiempo en casa», bromea. «Pero cuando uso este programa, no tengo que preocuparme por quedar embarazada», dice.

 

Sin embargo, muchos indonesios temen ser infectados al ir al hospital. Ratna Dewi Nur Amalia decidió controlar su ciclo menstrual para evitar quedar embarazada.

 

«Quería ir al ginecólogo a por mis anticonceptivos, pero llegó la epidemia», dijo esta mujer de 39 años, quien añadió que ahora «tengo demasiado miedo de ir a un hospital».

 

Según las estadísticas oficiales, hay más de 57 mil personas infectadas con el coronavirus y casi 3 mil muertos en Indonesia, aunque se considera que los números están muy subestimados debido a un número limitado de exámenes realizados.

 

Los recortes presupuestarios y la descentralización en el archipiélago ya complicaron la tarea de planificación familiar.

 

«Ahora, los trabajadores de la salud están demasiado ocupados con los pacientes de coronavirus y el control de la natalidad queda relegado a un segundo plano», dijo Kusmana, quien dirige la agencia de planificación familiar en Java Occidental.

 

Para Arie Novarina y su esposo, una pareja que había estado tratando de tener un hijo durante dos años, el encierro era más bien una oportunidad.

 

Ahora, esta mujer indonesia de 38 años está embarazada de su primer hijo.

 

«Puede ser porque estábamos menos cansados, con mejor salud y pasamos un buen rato juntos en casa», dijo esta empleada de una empresa pública. «¡Con mi esposo, bromeamos diciendo que vamos a tener un ‘bebé corona’!», comentó.

 

cs