WASHINGTON. Donald Trump pidió la dimisión de Michael Flynn como su asesor de Seguridad Nacional porque perdió la confianza en él tras las revelaciones sobre sus contactos con Rusia. En su rueda de prensa diaria, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, negó que la salida de Flynn se deba a una cuestión «legal» por sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, sobre cuyo contenido mintió al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno.
El vocero explicó que Trump fue informado semanas atrás de que Flynn no había dicho la verdad sobre sus contactos con Kislyak y, después de evaluar el asunto, el nivel de confianza en su asesor «se erosionó» hasta el punto de que sintió que «tenía que hacer un cambio».
El relato de Spicer contrastó con el de una de las consejeras más cercanas a Trump, Kellyanne Conway, quien el lunes, horas antes del anuncio de la dimisión, dijo que Flynn contaba con la «plena confianza» del Presidente y comentó que el ya ex asesor presentó la renuncia por voluntad propia.
Flynn, un general condecorado que asesoró a Trump en política exterior durante su campaña, mantuvo conversaciones con Kislyak durante el periodo de transición entre el Gobierno del expresidente Barack Obama y el actual, e incluso antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Algunas de esas llamadas telefónicas fueron interceptadas y, según las transcripciones, Flynn y el embajador ruso hablaron de las sanciones contra el Kremlin que el ex presidente Obama impuso antes de dejar la Casa Blanca como represalia por la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadunidenses.
Psiquiatras firman carta
35 especialistas estadunidenses decidieron romper el silencio habitual de los profesionales de la salud mental sobre las figuras públicas en una carta remitida al New York Times . Allí, alertan a sus compatriotas sobre la “grave inestabilidad emocional” de Donald Trump y advierten que es “incapaz de servir con seguridad como Presidente”.
Confirman su visita a RU
El gobierno del Reino Unido confirmó que Trump visitará el país próximamente, a pesar de que 1.8 millones de ciudadanos británicos firmaron una petición a las autoridades para que se cancele esa visita. El ministerio británico de Relaciones Exteriores indicó en un comunicado que «el gobierno piensa que al presidente de Estados Unidos le debe ser concedida una visita de Estado».