Tras el escándalo por su aparición en las Congregaciones Generales pre-cónclave del cardenal italiano Angelo Becciu, acusado de fraude financiero durante el pontificado del papa Francisco, el pasado martes comunicó su decisión de no participar en el Cónclave para elegir al nuevo papa.
Becciu de 76 años fungió como asesor de Francisco y se consideraba uno de los favoritos para sucederlo hasta que se reveló el escándalo de la compra por parte de la Santa Sede de un inmueble de lujo con valor de 200 millones de euros en Londres, que lo condenó a cinco años y seis meses de prisión.
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Al encontrársele culpable, el papa Francisco lo despojó del cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y de los "derechos ligados al cardenalato". Becciu conservó su título de cardenal pero perdió el derecho a entrar en un Cónclave en el futuro.
En un comunicado enviado a la agencia de noticias AFP por su abogado, el cardenal Becciu expresó "Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y a la serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre lo he hecho".
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Aunque Becciu conserva su título de cardenal y defiende su inocencia ante los cargos de fraude, el cardenal Pietro Parolin, presentó a Becciu dos documentos firmados por el pontífice argentino que confirmaban que no podría participar del cónclave.
El primer documento databa del año 2023, mientras que el segundo sería apenas del mes pasado, según el medio italiano Domani.
