Corea del Sur enfrenta una de las peores crisis ambientales de su historia reciente tras una serie de incendios forestales que cobraron la vida de al menos cuatro personas y obligaron a evacuar a más de tres mil habitantes. Las llamas, avivadas por vientos fuertes y un clima seco, han consumido más de 16 mil hectáreas de bosques, convirtiendo esta catástrofe en la tercera más grave registrada en el país.
Las autoridades han desplegado más de nueve mil elementos de emergencia y 110 helicópteros para contener los siniestros, que afectan principalmente la región sureste. Entre las víctimas se encuentran tres bomberos y un funcionario público, según reportes oficiales. Además, al menos 11 personas resultaron gravemente heridas.
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Presidente interino de Corea del Sur declaró estado de emergencia
El presidente interino, Choi Sang-mok, declaró estado de emergencia en cuatro regiones y enfatizó la necesidad de proteger a los equipos de rescate. "Solicito que se garantice la seguridad del personal a cargo de extinguir incendios en el aire o en tierra", afirmó en una reunión de respuesta al desastre.
En Uiseong, una de las zonas más afectadas, la situación sigue siendo crítica. A pesar de los esfuerzos, la contención del incendio se redujo del 60 por ciento al 55 por ciento, lo que ha complicado la protección de edificios residenciales y sitios históricos. En un templo local, trabajadores intentaban resguardar artefactos culturales y estatuas budistas de las llamas.
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Las condiciones climáticas dificultan las labores de los equipos de emergencia. La combinación de sequía, viento y densa neblina ha intensificado la propagación del fuego, según el ministro interino del Interior y Seguridad, Ko Ki-dong. "Estamos movilizando todos los recursos disponibles", aseguró.
