La exvicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, arremetió contra la respuesta de la administración Trump ante las recientes protestas migratorias en Los Ángeles, acusándola de buscar deliberadamente el caos y la división social.
En un mensaje difundido en redes sociales, Kamala Harris calificó de “agenda cruel y calculada” la estrategia federal desplegada en el sur de California, tras una ola de redadas de ICE contra inmigrantes indocumentados.
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“El despliegue de la Guardia Nacional es una escalada peligrosa destinada a provocar el caos”, escribió Harris en X, antes Twitter. Afirmó que lo ocurrido no responde a un interés legítimo por la seguridad pública, sino a un esfuerzo por “avivar el miedo” entre las comunidades migrantes y silenciar la protesta.
My statement on what's unfolding in Los Angeles. pic.twitter.com/rujs8mrVPK
— Kamala Harris (@KamalaHarris) June 8, 2025
Bloqueo de la autopista 101
Los Ángeles, convertida en epicentro del malestar social, vive una jornada crítica. Las manifestaciones, que en su mayoría han sido pacíficas, escalaron tras el arribo de unos 300 soldados federales fuertemente armados que se apostaron en el centro de la ciudad.
Decenas de personas bloquearon la autopista 101 —una de las arterias más importantes— y se registraron incidentes violentos, incluidos dos agentes heridos y cinco detenciones.
Trump endurece postura
El presidente Donald Trump justificó el operativo a través de su red Truth Social, acusando a la ciudad de estar “invadida por extranjeros ilegales y criminales”. Aseguró que no cesará hasta “liberar” la ciudad y prometió intensificar las deportaciones.
Su discurso ha encendido aún más el ambiente político, sumando críticas de gobernadores demócratas y líderes estatales que tildaron la maniobra como un “abuso de poder”.
“El derecho a protestar es fundamental”, reiteró Harris, quien defendió a quienes “se levantan para proteger nuestras libertades más básicas”. Su esposo, Doug Emhoff, respaldó su postura: “Protestar pacíficamente no es una amenaza. Es democracia en acción”.
Por último, a pesar del fuerte despliegue de fuerzas y la retórica de mano dura, las protestas no han cesado. Por el contrario, crecen como reflejo de un rechazo social que se amplía no solo en California, sino a nivel nacional, frente a lo que líderes opositores consideran una ofensiva autoritaria y discriminatoria.
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