Papa Francisco en Argentina
AFP. Antes de convertirse en el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio llevó una vida marcada por la humildad y el compromiso.  

Antes de convertirse en el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio llevó una vida marcada por la humildad, el compromiso con los más necesitados y una sólida vocación pastoral en Argentina, según sus biógrafos. Desde su infancia en Buenos Aires hasta su liderazgo en la Iglesia Católica, su trayectoria estuvo signada por la austeridad, la enseñanza y la cercanía con los pobres.

Su vida antes de ser Papa Francisco

Nacido el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, en una familia de inmigrantes italianos. Bergoglio se formó como técnico químico antes de optar por la vida religiosa. 

Ingresó al seminario a los 22 años y se unió a la Compañía de Jesús, donde recibió una formación que consolidó su espíritu de servicio. Fue ordenado sacerdote en 1969 y se desempeñó como docente en diversas instituciones educativas, impartiendo clases de Literatura y Psicología, además de fomentar el pensamiento crítico y el amor por las letras, incluso invitando a figuras como Jorge Luis Borges a colaborar en sus aulas.

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En 1973, con solo 36 años, fue designado provincial de los jesuitas en Argentina. Su papel durante la dictadura militar resultó controvertido, pero también ayudó a perseguidos políticos. Su labor lo llevó a ser nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992 y, años después, arzobispo de la ciudad. 

Desde esa posición, Bergoglio destacó por su cercanía con los más desfavorecidos. Evitó el lujo y prefirió un pequeño apartamento en lugar de la residencia episcopal, usaba transporte público y cocinaba su propia comida. Esta sencillez lo convirtió en una figura respetada y admirada.

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Su liderazgo dentro de la Iglesia se consolidó al ser elegido presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en 2005, cargo que ocupó hasta 2011. Durante su gestión, abogó por la justicia social y se enfrentó a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en temas como la pobreza y los derechos humanos.

Un nombramiento histórico

En marzo de 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido Papa, convirtiéndose en el primer pontífice latinoamericano y jesuita. Su experiencia en Argentina influyó en su pontificado, donde mantuvo el énfasis en la sencillez. La cercanía con los marginados y una Iglesia comprometida con los pobres. Su legado comenzó mucho antes de ocupar el trono de San Pedro, en las calles de Buenos Aires, donde siempre fue, ante todo, un pastor de su pueblo.

Editor de la sección Mundo en el diario 24 HORAS. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, con experiencia en redacción, traducción y proyectos editoriales en medios de comunicación.

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