Jonas Gahr Støre aseguró un segundo mandato de cuatro años como primer ministro de Noruega
Foto: Especial/ Jonas Gahr Støre aseguró un segundo mandato de cuatro años como primer ministro de Noruega  

Jonas Gahr Støre aseguró un segundo mandato de cuatro años como primer ministro de Noruega luego de que la centroizquierda alcanzara una ajustada mayoría de 87 escaños en el Storting, el parlamento de 169 miembros, conteniendo el avance histórico del Partido del Progreso de Sylvi Listhaug, que duplicó su voto hasta casi el 24 por ciento y 48 escaños.

El Partido Laborista terminó primero con alrededor del 28 por ciento, mientras que los Conservadores, encabezados por la ex primera ministra Erna Solberg (2013-2021), cayeron a su peor resultado en dos décadas con 14.6 por ciento, dejando al bloque de derecha a solo tres escaños del poder. La participación fue alta: 78.9 por ciento, con más de 1.9 millones de votos anticipados.

La campaña giró en torno a las finanzas y la arena internacional: la persistente crisis del costo de vida, el futuro del impuesto a la riqueza y las guerras en Ucrania y Gaza. El laborismo defendió mantener el gravamen (hasta 1.1 por ciento sobre activos superiores a 1.7 millones de coronas), mientras que los Conservadores propusieron recortes y Progreso, de derecha nacionalista, buscó eliminarlo, apoyado por campañas en redes sociales que movilizaron a votantes jóvenes.

La aritmética de la coalición, sin embargo, sigue siendo compleja. Cualquier pacto con los cuatro partidos menores (tres de izquierda y uno de centro) deberá superar diferencias sobre exploración petrolera, impuestos, minería en aguas profundas y la postura frente a Gaza.

La geopolítica también pesó en el debate. Los aliados de Støre presionan para que el fondo petrolero de dos millones de millones (trillones, en inglés) de dólares retire sus inversiones en empresas israelíes, a las que atribuyen prolongar la guerra en Gaza. Al mismo tiempo, las relaciones con un Donald Trump en su segundo mandato y los compromisos con la OTAN enmarcaron la discusión sobre seguridad energética y el papel de Noruega como principal proveedor de gas europeo desde 2022, remplazando a Rusia.

El repunte de Støre se explica en buena parte por el “Stoltenback”: el regreso en febrero del exjefe de la OTAN y ex primer ministro laborista (2005-2013), Jens Stoltenberg, como ministro de Finanzas, lo que estabilizó al laborismo tras polémicas en el gabinete e inestabilidad electoral.

Si logra transformar su estrecha ventaja en un gobierno sólido, Noruega se distinguirá de Suecia y Finlandia, hoy bajo gobiernos de derecha, y frenará el viraje que parecía imponerse en la región escandinava.