Mariann Edgar Budde, la primera mujer en ser líder del episcopado en Estados Unidos, hizo una llamada de atención pública al presidente Donald Trump el pasado martes durante un servicio de oración celebrado en la Catedral Nacional de Washington.
Mariann Budde, quién representa a la Diócesis Episcopal de Washington, llamó misericordia para los migrantes y la comunidad LGBT+ por las declaraciones del presidente Trump que hicieron polémica los últimos meses.
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¿Qué pasó entre Mariann Budde y Donald Trump?
La obispa hizo un llamado de misericordia este pasado martes hacia la comunidad LGBT+ y los migrantes radicados en EU, donde criticó públicamente a Trump; situación que saltó rápidamente a los titulares de todo el mundo y puso en evidencia al republicano en sus primeros dos días de mandato.
Ante las miradas incómodas, la obispa recriminó las políticas del presidente y abogó por la comunidad LGBT+ y los migrantes, reiterando su derecho como ciudadanos.
“Le pido que tenga piedad, presidente”, expresó la obispa, y añadió: “Todos fuimos una vez forasteros en esta tierra”.
A su vez, Budde defendió a los migrantes de Estados Unidos, mencionando que trabajan y pagan impuestos como cualquier otro ciudadano estadounidense, del mismo modo, hizo un llamado para proteger a la comunidad LGBT+ de la desmantelación de políticas en cuanto a equidad.
Respuesta de Trump
Trump durante su "regaño", no pronunció palabra alguna y ante las miradas de todos (incluída la del vicepresidente Vance), mostró incomodidad evidente ante las cámaras.
El presidente al terminar el evento, dijo ante la prensa que "No fue muy emocionante".
"No fue un buen servicio... Pueden hacerlo mucho mejor", expresó Trump ante los medios.
President Trump following National Prayer Service: "Not too exciting, was it. I didn't think it was a good service. No...They can do much better." pic.twitter.com/iNpWGKaXhN
— CSPAN (@cspan) January 21, 2025
Más tarde, en la red social de Truth Social, Trump se lanzó contra la obispa, reclamando que debe "pedir disculpas al público presente ese día" por lo sucedido ese martes.
“La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odiaba a Trump”, escribió el republicano en su plataforma Truth Social. De igual manera señaló que tenía "un tono desagradable y no era convincente ni inteligente".
Por su parte, Mariann en una entrevista telefónica aclaró que “no estaba llamándole la atención al presidente”, sino únicamente hizo una petición por el miedo de la comunidad migrante y LGBT+ en Estados Unidos.
También añadió que "una de las cualidades de un líder es tener misericordia”, y espera que sus comentarios lleguen más allá de los oidos de Trump.