Foto: Reuters El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pidió hoy a los empresarios no volver a sumarse a un paro nacional porque la economía se encuentra "seriamente herida", debido a la crisis sociopolítica que atraviesa el país y que ha dejado cientos de muertos desde abril pasado  

Managua.- El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pidió hoy a los empresarios no volver a sumarse a un paro nacional porque la economía se encuentra «seriamente herida», debido a la crisis sociopolítica que atraviesa el país y que ha dejado cientos de muertos desde abril pasado.

 

Durante un acto partidario, el mandatario anunció que enviará a policías para resguardar los negocios que abran sus puertas ante un nuevo paro nacional, porque, de acuerdo con Ortega, las empresas alegan que cierran por razones de seguridad al recibir amenazas que quemarán sus locales.

 

«Vamos a mandar a la policía para que (los negocios) mantengan las puertas abiertas, para que eso (presencia policial) les de la seguridad que nadie les va a quemar el negocio», señaló.

 

El pasado 7 de septiembre, los nicaragüenses realizaron el tercer paro nacional contra el Gobierno desde que se inició en abril pasado la crisis sociopolítica.

 

A juicio de Ortega, los empresarios «inventan» las amenazas contra sus negocios para justificar su cierre y así sumarse a los paros nacionales, por lo que, según dijo, les tomará la palabra y enviará policías.

 

«Si están queriendo jugar ahora al terrorismo económico, entonces le vamos a ayudar a mantener abiertos los negocios», aseveró.

 

Según el mandatario, los empresarios «están con el mismo jueguito» que cuando la oposición bloqueó las vías en diferentes municipios de Nicaragua, entre mayo y julio, y que fueron removidos a la fuerza por el Gobierno.

 

«Todo tiene su límite y los tranques (bloqueo de vías) tuvieron su límite. Ahora se han metido a jugar con la economía y jugar con la economía es jugar con fuego y eso tiene su limite», advirtió.

 

Ortega instó a los empresarios a reflexionar y a no seguir con ese «jueguito» de no abrir los negocios bajo el argumento de que han sido amenazados.

 

«El llamado que les hago es a la responsabilidad, a no seguir jugando, a no salir con ese cuento que cerraron porque los amenazaron», abogó.

 

Asimismo, Ortega instó al sector privado a hacer un esfuerzo para reactivar la economía, «independientemente de las amenazas que existen de parte del yanqui», en referencia a Estados Unidos donde se promueve una Ley, conocida como Nica Act, que congelaría los préstamos a Nicaragua hasta que ese país celebre unas elecciones libres.

 

Ortega reconoció que la economía nicaragüense se encuentra «seriamente herida» y responsabilizó del mismo a «los golpistas», término que el Ejecutivo utiliza a los que se manifiestan contra el Gobierno.

 

Además, reafirmó que no anticipará las elecciones previstas para noviembre de 2021, como lo han planteado diferentes actores para salir de la crisis, porque «es a través de los votos que se cambian gobiernos en Nicaragua, y no por un golpe» de Estado.

 

El Banco Central redujo de un 4,5 al 1 por ciento su previsión de crecimiento de la economía este año como resultado de la crisis sociopolítica.

 

Nicaragua vive una crisis social y política que ha generado varias protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega y un saldo de entre 322 y 481 muertos, según organismos de Derechos Humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifró este sábado en 199 los fallecidos.

 

La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de «más de 300 muertos», así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual.

 

En una entrevista con Efe en Managua, Ortega negó que haya sofocado las protestas con represión, dijo no sentirse responsable de las muertes en las calles durante los últimos meses y culpó a EU y al narcotráfico de financiar, apoyar y armar a grupos violentos.

 

Las manifestaciones contra Ortega comenzaron en abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder.

 

fahl