La crisis migratoria en el Mediterráneo persiste luego del desembarco de las personas rescatadas por el barco Open Arms. Ahora en el Canal de Sicilia permanece el barco Ocean Viking, con 356 migrantes a bordo, un tercio de ellos menores de edad, con 11 días a la espera de un puerto seguro.
Gestionado por las organizaciones SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras, el barco lleva estacionado 11 días en el mar, entre Linosa, la otra isla Pelagie, al norte de Lampedusa, Italia, y Malta, en espera de poder llevar a los migrantes a tierra.
Los migrantes, entre ellos cinco mujeres y 103 menores, en su mayoría no acompañados, fueron rescatados en aguas libias en operaciones diferentes.
Las dos organizaciones solicitaron a Italia y Malta poder desembarcar, pero el gobierno de La Veleta respondió que no, al argumentar que el rescate se produjo en aguas que no son de su competencia y Roma no ha contestado.
«Aquí la vida está en pausa. Pero cuánto tiempo más podremos permanecer así (…). Con nosotros la situación aún está bajo control, pero no podremos resistirnos indefinidamente», alertó el jefe de la misión, Nick Romaniuk.
Apenas un día antes, un juez italiano determinó que 83 migrantes fueran recibidos en Lampedusa por encontrarse en condiciones de riesgo, tras 20 días varados en el mar, a unos metros de la costa.
LEG