Con el país envuelto los últimos meses en una ola de escándalos de pedofilia e incesto, el gobierno francés anunció su respaldo a la creación de un nuevo delito que sancione cualquier acto sexual con penetración entre un adulto y un menor de 15 años.
Es el «cambio» en la sociedad sobre estos temas «que nos conduce a cambiar la ley», señaló el martes por la noche el ministro de Justicia francés, Eric Dupond-Moretti.
Ante la televisión pública francesa France 2, el ministro explicó que la opinión de la sociedad ante estos casos de sexo entre adultos y menores había cambiado, ya que durante años se consideró que no podían ser perniciosas mientras hubiera consentimiento.
Dupond-Moretti dijo que se debe acabar con el actual requerimiento de que las víctimas menores prueben que fueron forzadas, amenazadas o engañadas para presentar una denuncia por violación.
Sin embargo, el gobierno quiere introducir una excepción en el caso de que las dos personas en cuestión tengan una ligera diferencia de edad ya que un «joven de 17 años y medio que mantiene una relación con una chica de 14 años y medio no puede convertirse en delincuente a los 18 años y un día», explicó el ministro de Justicia.
También será necesario que «se pueda demostrar que el autor conocía la edad de la víctima», añadió.
El gobierno también quiere adoptar un nuevo mecanismo legal sobre la prescripción, para garantizar que todas las víctimas de una misma persona puedan tener derecho a un juicio.
Actualmente ocurre a menudo que sólo la última víctima del mismo agresor puede declarar como parte civil ante un tribunal, mientras que «los demás están allí sólo como testigos», porque los hechos que les conciernen han prescrito.
El problema de los abusos sexuales sobre menores saltó a la luz en Francia el pasado mes cuando una importante figura de la escena intelectual parisina, el politólogo Olivier Duhamel, fue acusado de incesto en el libro «La Familia Grande».
En él, su hijastra, Camille Kouchner, lo acusa de haber agredido sexualmente a su hermano mellizo cuando eran adolescentes.
Este caso recordó al del escritor francés Gabriel Matzneff, investigado por pedofilia después de que una de sus víctimas, Vanessa Springora, describiera la relación que tuvo con él cuando era apenas una adolescente y el control que ejercía sobre ella en el libro «El consentimiento» que salió a la venta el año pasado.
Estos escándalos provocaron en Francia una reacción similar al #metoo, con testimonios de abusos sexuales e incesto que inundaron las redes sociales.
El presidente Emmanuel Macron afirmó hace unas semanas que «la vergüenza está cambiando de bando» y pidió cambios en la ley para proteger a estas víctimas.
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TFA