Foto: @SpaceX / Archivo  

La segunda etapa de un cohete de SpaceX que despegó hace siete años se estrellará en la Luna en marzo, según astrónomos que han recalculado la trayectoria de esta estructura que quedó flotando en el espacio.

El cohete se utilizó en 2015 para colocar en órbita un satélite de observación del clima en la Tierra, el Deep Space Climate Observatory (DSCOVR).

Desde entonces, la segunda etapa utilizada para propulsarlo flotaba en el cosmos en una órbita denominada «caótica» por los matemáticos, explicó el miércoles a la AFP Bill Gray, el astrónomo que descubrió la nueva trayectoria.

El objeto pasó bastante cerca de la Luna a principios de enero, lo que modificó su órbita, detalló este responsable del Proyecto Plutón, un software que permite calcular las trayectorias de asteroides y otros objetos, utilizado por programas de observación financiados por la NASA.

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Una semana después, el experto pudo volver a observar los restos del cohete para percatarse de que se precipitarían contra la cara oculta de la Luna el 4 de marzo.

Tras lanzar un llamado a la comunidad de astrónomos aficionados para que hicieran nuevas observaciones, los datos fueron confirmados.

El aparato golpeará la superficie lunar a más de 9.000 km/h.

La hora y el lugar precisos aún podrían cambiar por minutos y kilómetros debido al efecto que tiene la luz solar sobre este cilindro hueco, que es difícilmente predecible.

La etapa del cohete se podrá observar nuevamente a principios de febrero y la estimación se ajustará. Pero la colisión es segura.

«He estado rastreando desechos espaciales como estos durante unos 15 años, y este es el primer impacto lunar no intencionado» detectado, dijo.

Regular los desechos espaciales

Según el astrónomo Jonathan McDowell, es posible que impactos similares hayan ocurrido en el pasado sin que lo sepamos.

«Hay al menos 50 objetos que quedaron en el espacio profundo en las décadas de 1960, 1970 y 1980, simplemente dejados allí, sin rastrear», dijo a la AFP.

Las observaciones actuales no han permitido ubicarlos a todos. «Es probable que algunos hayan golpeado la Luna accidentalmente», estimó.

En marzo próximo, el choque de este objeto de aproximadamente cuatro toneladas no será visible desde la Tierra cuando ocurra.

Pero debería causar un cráter que sí podría ser observado por los científicos más tarde, en particular por las sondas LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) de la NASA o Indian Chandrayaan-2, aportando nuevas luces sobre la geología lunar.

En el pasado se han lanzado naves espaciales intencionalmente a la Luna con fines científicos.

En 2009, la NASA lanzó una segunda etapa de cohete con el objetivo de impactar en un área cercana a su Polo Sur para estudiar la presencia de agua.

Pero la mayoría de los cohetes de SpaceX se separan de la segunda etapa a menor distancia, lo que generalmente permite que esta vuelva a ingresar a la atmósfera de la Tierra, donde se desintegra sobre el océano.

Sin embargo, estos impactos lunares no planificados podrían multiplicarse en el futuro, según Bill Gray, sobre todo debido a los objetos que dejarán en su trayectoria los programas lunares estadounidenses y chinos. Estados Unidos quiere construir una estación en órbita alrededor de la Luna.

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Estos eventos «comenzarán a ser problemáticos cuando haya más tráfico», señaló Jonathan McDowell. Hoy, «no es trabajo de nadie seguir la trayectoria de los residuos que dejamos en el espacio profundo», recordó el experto. «Es hora de empezar a regularlo».

SpaceX no respondió hasta el momento a la solicitud de comentarios de la AFP.

La compañía de Elon Musk desarrolla actualmente el módulo de aterrizaje que debería permitir a la NASA enviar estadounidenses de regreso a la Luna como pronto en 2025.

LDAV